7 pecados: la lujuria en el marketing

Hoy comienzo una serie de 7 post en los que quiero intentar relacionar los 7 pecados capitales con el marketing. Será complicado, pero me apetece probar y creo que todos ellos tienen su papel e influencia. Empezamos con 7 pecados: la lujuria en el marketing.

La lujuria es considerada como aquel pecado producido por los pensamientos o deseos excesivos de naturaleza sexual. Tiene tintes de adicción incontrolable y eso es lo que me despierta el paralelismo con las marcas.

Hay palabras que conceptualmente me encantan para aplicar en este sentido y que tienen relación con la lujuria, como por ejemplo: vicio, apetito, deleite, o exceso.

Si introducimos al consumidor, fundamental para que esto empiece a adquirir sentido, podemos plantear que la lujuria pueda ser un concepto para plantear alguna estrategia potente, llamativa y sugerente.

La lujuria aplicada al marketing es pura provocación
La lujuria aplicada al marketing es pura provocación

Como marca nuestro anhelo ha de ser conseguir provocar al consumidor

Hay que aportarle motivos que le hagan pensar, tomar decisiones basadas en emociones y generarle recuerdos. Esto es lo que a largo plazo le podrá generar la adicción, en el buen sentido, que será el amor incondicional por nuestra marca (puede que te interese leer estos post anteriores relacionados con estos conceptos: Qué es una lovemark (I) y Qué es una lovemark (II).

Pero para alcanzar la lujuria es necesario ser más heavy, es decir, ir más allá. Atreverse en la provocación de inicio para impactar a primera vista, incluso de forma irracional, puede ayudarnos a plantear la idea inicial de planteamiento. Para ello, los conceptos que hemos citado anteriormente nos pueden ayudar a generar propuestas con chispa.

Cuanto juego nos pueden dar conceptos como vicio, apetito, deleite o exceso, valorando por supuesto todas sus variantes en forma de sinónimos. La lujuria puede provocar cambios drásticos en las percepciones de un producto o incluso de un servicio, solo es cuestión de atrevimiento.

Te invito a probar con la lujuria y si no te convence intentaré conseguirlo en el siguiente post con la gula.

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