Cantidad versus calidad: chronos versus kairós

Ayer leía un buen artículo que hablaba sobre un concepto que me seduce y apasiona: los momentos. Habitualmente uso este concepto para hablar de esos instantes decisivos que se nos presentan en la vida. Siempre los intento asociar o relacionar con mi mundo del marketing y las marcas. Por ejemplo cuando me refiero a los momentos de la verdad. Así pensé en escribir hoy este post: Cantidad versus calidad: chronos versus kairós.

Existen momentos capaces de cambiar nuestra ruta habitual, de romper nuestros planteamientos, de variar nuestros objetivos. Esto es algo que me obsesiona a la hora de hablar de la planificación de marketing para una marca, bien sea de producto, de servicio o, por supuesto, de una marca personal.

Hay momentos intensos, radicales, imprevisibles, capaces de variar el estado de las cosas como si pasáramos de lo gaseoso a lo sólido y de ahí a lo líquido en cuestión de segundos.

En los momentos de la verdad habla el corazón
En los momentos de la verdad habla el corazón

Siempre planificamos bajo la percepción de entender el tiempo de modo uniforme, concepto que tiene su origen en la palabra chronos, basado en un tiempo constante y cuantitativo.

Pero es de vital importancia dentro del proceso de marketing tener muy en cuenta que existen momentos capaces de variarlo todo, para bien o para mal. Esta es la percepción cualitativa del tiempo, cuyo origen se remonta a la palabra kairós. Ésta nos deja una bella descripción: aquellos momentos de especial trascendencia. Esos instantes de privilegio en los que de repente se presentan nuevos horizontes y oportunidades.

Estos momentos que llegan de súbito poseen una magia trascendental en todo lo que vivimos. Marcan el curso de los acontecimientos y tienen un poder descomunal. Hasta el punto de hacer trizas cualquier planificación. Simplemente quiero poner de manifiesto su importancia, para que seamos conscientes de ello y para que sepamos que en cualquier momento todo puede cambiar.

Al hilo de esto, puede que te interese enlazar con este post anterior, cuya filosofía es totalmente complementaria a lo que te estoy contando: Nada permanece inmutable, solo el cambio.

Eterno dilema: Nada permanece inmutable, solo el cambio.

Photo credit: Adventures of the Blackgang 

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