Si hay un personaje que me flipa y del que he aprendido mil y una cosas es él. Quien me conoce bien, lo sabe bien. A partir de esta frikada y como no me lo pienso mucho, se me ha ocurrido escribir un poco sobre Drácula para aprender sobre marketing (I).
Lo haré en dos post, éste y el siguiente, aunque podría hacer muchísimos más. Drácula es un mito por muchos motivos y de él se desprenden tremendos argumentos que se pueden relacionar con múltiples temáticas, pero yo voy a la mía: el marketing.
Empezaré por su conceptualización inmortal: Drácula es eterno. Siempre perdura en el tiempo y… ¿acaso no buscamos eso para nuestras marcas? Si una marca es eterna es porque ha trascendido los límites establecidos.
Ser inmortal o eterno es un imposible, pero los de marketing estamos para convertir lo imposible en posible (como dicen en inglés: Impossible = I’m possible). Otro imposible de Drácula es ser un no muerto, o un muerto viviente.
¿En qué quedamos? O estas muerto o estas vivo
El concepto muerto viviente es tremendamente seductor por su irracionalidad. Quizás sea la clave de su índole romántica, pues esas caricias entre la vida y la muerte no nos dejan indiferentes.
Drácula es pura incertidumbre, miedo y prohibición. Tres estados emocionales que sabrás que me encantan si sigues el blog. Incertidumbre, porque es imprevisible y porque sabes de su capacidad y poder. Miedo, porque el personaje en sí puede generar cierta angustia por lo desconocido y la magia de su leyenda. Prohibición porque tiene ese aura que le acerca a lo prohibido, lo tabú, lo que esconde su verdadera historia.
De estos tres estados emocionales hemos hablado en el blog, así que te los refresco por si te interesan:
En el siguiente post, seguiré lanzando tips sobre el personaje que tienen una incidencia reflejada en el marketing.
Photo credit: legendofthevampires