Hoy os traigo un recientísimo ejemplo de escucha activa de una marca hacia su target: ING.
El conocido banco holandés ING Direct, acaba de variar el naming de su marca, haciéndolo más corto y directo (nunca mejor dicho).
Ahora, ING se denomina así, ING a secas, prescindiendo del concepto «Direct». El motivo, según explica la propia marca, ha sido un proceso de escucha activa hacia sus clientes, detectando la conveniencia de esta reducción de la definición verbal marca.
Vivimos en un mundo cambiante donde el cliente tiene voz y existen marcas, como en este caso ING, que valoran ese hecho y lo incorporan a su cadena de valor para propiciar cambios tan importantes como este en el que varían su propia marca.
Este ejemplo se engloba dentro de los hechos inauditos que estamos contemplando en esta era tan interesante que tenemos la suerte de vivir.
Precisamente ING, un banco 100% online, es totalmente propicio para entender como nadie a sus clientes, quienes cumplen ciertos requisitos que ayudan mucho a su comprensión: su componente digital, su inmediatez, su posible rechazo a la banca convencional o simplemente el pertenecer a una nueva generación.
En palabras del propio banco «En ING nos gusta escuchar a nuestros clientes y sabemos que cuando tú hablas de nosotros dices ING, sin en Direct”.
Sencillez, inmediatez, facilidad. Estos son algunos de los atributos que ha puesto en la mesa la marca para su nuevo horizonte. Incluso el dominio ha pasado de ser ingdirect, a ing.
Un elemento que se mantiene y no ha sufrido variación alguna ha sido su slogan “People in progress”.
Obviamente, el proceso de escucha activa se incorpora en la estrategia de marketing de la empresa, pero debe ser validado para cumplir con la alineación estratégica global de la compañía.
Toda incorporación de variables externas de este tipo siempre debe ser exhaustivamente analizada y validada para su definición final en cualquier ámbito de la marca.
Photo credit: ING
