El impacto del olor y el olfato en marketing

Hoy toca hablar de uno de los elementos sensoriales que mayores sensaciones provocan en el ser humano y por extensión en nuestro comportamiento como consumidores, así que el tema del día es el impacto del olor y el olfato en marketing.

Ya hemos hablado en este blog de algunos ejemplos sobre marketing olfativo (Ejemplos de acciones de marketing sensorial), donde vimos el caso de la cadena hotelera de lujo Swissôtel, que encargó la construcción de su aroma para todos sus hoteles en el mundo.

El uso de la aromaterapia se ha extendido en las marcas y lo están convirtiendo en eso que llamamos aromarketing, trabajándose estratégicamente fragancias sensoriales muy personalizadas, bien relacionadas con los valores de marca y que son tremendamente singulares.

Últimamente he leído los casos de un conocido museo ubicado en Miami cuya fragancia transmite las sensaciones de un océano o un complejo urbanístico que tiene evoca un aroma a pavimento mojado con cierto toque fresco de flores. En ambos casos la intención es clara: que el sentido olfativo genere una mayor consciencia de estar en ese lugar en ese momento y gracias a ello se provoque un mejor recuerdo a largo plazo de dicha estancia en el lugar.

oPhone, una maravilla de la innovación en marketing olfativo
oPhone, una maravilla de la innovación en marketing olfativo

Los aromas alteran nuestro el estado de ánimo y nuestro comportamiento, al provocar sensaciones en nuestro sistema sensorial

De ahí que otro ejemplo que también he podido descubrir haya sido el de un hospital que acondiciona sus diferentes salas con olor a pepino, con el objetivo de generar una mayor sensación de amplitud espacial en sus estancias. Curioso, muy curioso. El efecto contrario, según comentan los expertos en la materia, sería provocar una sensación de espacio físico más pequeño, cosa que se consigue gracias a impregnar las salas con aroma a barbacoa.

Hablando sobre marcas que trabajan los aspectos de estética, cosmética o belleza, las investigaciones citan que a los hombres nos atraen el olor de lavanda, de calabaza, de rosquillas, de pizza de queso y de palomitas de maíz, mientras que a las chicas les atraen aromas como el de la regaliz, la magnolia o la cereza.

Para acabar el post, una curiosidad que se supone verá la luz en 2015, cuyo nombre es oPhone. Se trata de un elemento capaz de activar cartuchos de olor, entre ellos chocolate, cítricos, pan recién horneado, café recién hecho, etc., cuando se recibe un mensaje por la red. Es decir, que si por ejemplo recibo una imagen de chocolate en un tuit, ésta podría ir «aromatizada» si dispongo del oPhone. Quizás no estemos tan locos como pensamos, ¿o si?

Photo credit: oPhone

2 comentarios

  1. Buenos días de nuevo, Francisco

    Totalmente de acuerdo con lo que expones y desde mi experiencia en retail moda, los olores forman parte de la marca que le ofrecemos a nuestro potencial cliente cuando entra en el espacio / tienda física y ayuda a hacer una mejor experiencia de cliente, así como la música de fondo a modo de crear una esfera agradable y entusiasta..

    Gracias por compartir, seguimosss!!

    MIRKA

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