La tecnología y su ámbito de aplicación en nuestra hiperconexión constante a Internet está provocando cambios drásticos en nuestro comportamiento. Como ya he hablado otras veces en el blog, la inmediatez actúa como elemento disruptor en nuestro estado de alerta y lo acelera una y otra vez, más todavía si somos unos habituales del smartphone. Hoy quiero hablar acerca de qué es el síndrome de la llamada fantasma.
Imagina. Vas por la calle, estas en algún lugar, incluso viendo tranquilamente la TV. Notas una especie de vibración asociada a tu smartphone y rápidamente lo consultas, pues crees tener alguna llamada. Otras veces incluso ni lo notas, simplemente es intuición y hasta puedes llegar a creer fielmente que tienes una llamada. Puede darse el caso de que incluso creas tenerlo en el bolsillo y haber sentido su llamada de acción, pero ni siquiera lo llevas ahí.
¿Qué está ocurriendo? Simplemente que nuestro cerebro genera automáticamente mecanismos de respuesta en base a este comportamiento, mecanismos que muchas veces son irracionales, pues están basados en respuestas cerebrales fuera de contexto.
Según Larry Rosen, autor del libro iDisorder, hemos creado una compleja red de neurotransmisiones en nuestro cerebro que generan estados de ansiedad o de placer, gracias a este mundo conectado.
Imagina de nuevo. Ponte en la misma situación que antes pero en esta ocasión… no tenemos el móvil! Lo hemos dejado olvidado en el coche, en el trabajo o en casa, pero hemos llegado a sentir esa sensación de la llamada fantasma.
En estos casos aparece lo que denominamos nomofobia, miedo irracional a salir de casa sin el móvil
Sentimos una intensa ansiedad al no disponer del dispositivo que nos conecta, nos sentimos fuera de alcance y necesitamos recuperarlo cuanto antes. El origen del concepto deriva de la composición «no mobile phone phobia».
Otro ejemplo es cuando nuestro smartphone comienza a menguar su batería y finalmente nos quedamos sin ella, curiosamente la mayoría de las veces justo en el momento en el que más lo necesitamos. Así es la vida. En ese momento o no tendremos el cargador a mano, o ni siquiera un miserable enchufe a la corriente a mano… de nuevo la ansiedad.
No nos queremos perder nada y hoy, la sensación de que ocurren muchas cosas en muchos lugares y las conocemos gracias a la movilidad y a Internet nos ha provocado esta aceleración de querer saber constantemente cosas y descubrir una tras otra muchas novedades.
Piensa sobre ello, es gratis.
Photo credit: AChinchillaA
2 comentarios
mucha razón, Francisco en este post!! 😉
Propongo siempre que provoco la conversación con alguien que el móvil se quede aparcado, disfrutando y escuchando activamente, interactuando con tu interlocutor… Y lo que llegue al móvil podrá esperar pasadao el tiempo de conversación. Disfrutando los momentos que has hecho posibles!!
Seguimos!!
MIRKA
A eso se le llama ser consciente de la situación, gracias Mirka!