En el post de hoy vamos a hablar sobre estrategias punta de lanza en el proceso de marketing. Esta tipología estratégica consiste en provocar con productos o servicios sorprendentes la atención del consumidor.
Si dentro de toda la oferta de producto o servicio de nuestra marca podemos contar con alguno que posea altas dosis de emocionalidad o incluso de funcionalidad extrema podemos trabajar perfectamente este planteamiento.
Muchos de los ejemplos que periódicamente os cuento en la sección de este blog llamada productos singulares actúan precisamente como estrategia punta de lanza.
Como bien indica su nombre, punta de lanza, esta estrategia empresarial consiste en utilizar un producto o servicio como abanderado en la penetración de un determinado mercado.
Existe un gran riesgo en un producto o servicio punta de lanza y es que hemos de saber gestionar las expectativas que es capaz de generar. Además, esto puede influir decisivamente en el cumplimiento de la promesa de marca de la empresa.
La propuesta punta de lanza ha de tener consistencia, es decir, el equilibrio mínimo entre los atributos funcionales y emocionales del producto o servicio creado para que el impacto inicial en los consumidores objetivo sea óptimo.
También debemos ser cuidadosos con cualquier malentendido que podamos originar una vez lo lancemos, ya que a mayor nivel de riesgo creativo, mayor nivel de riesgo en cuanto al entendimiento por parte del mercado.
Es posible que incluso podamos no controlar algún aspecto que pueda dar pie a cualquiera de nuestros competidores directos a usar nuestra propia propuesta como arma arrojadiza frente a nuestra marca.
No es nada fácil, pero es una estrategia que me encanta. ¿Y a ti?
Photo credit: KaDeWeGirl