Cómo la fotografía captura la nostalgia de un instante

Cómo la fotografía captura la nostalgia de un instante. El título parece querer llevarnos a un prisma ciertamente triste, pero pretendo justamente lo contrario.

La fotografía es un verdadero arte y lo es además lleno de magia. La magia de un instante. Cada foto representa a un instante, un momento en el que se representa un suceso en un estado temporal diverso. Puede ser en el antes de, en el durante o en el después de.

Cada fotografía tiene el don de convertirse al segundo siguiente de haberse realizado en un recuerdo. Fíjate que romántico es este hecho. Tremendo.

Y, fijémonos… en la era digital que vivimos hoy, qué contrastes puede hacernos sentir el acto de hacer una foto cuando estamos viviendo algo irrepetible. Un concierto, un partido histórico, una visita a algún lugar especial del mundo… en ese momento debemos decidir si hipotecamos el momento presente por crear recuerdos para el futuro.

Y es en el futuro cuando evaluaremos el coste de oportunidad sobre aquello que decidimos hacer en el pasado. Cada imagen captura un momento y con el uno o varios estados emocionales.

Las fotos tienen el inmenso poder de hacernos revivir historias intensamente. Cuando revisas algún álbum de fotos de épocas anteriores de tu vida vienen a tu mente de manera huracanada sensaciones que pensabas que ya no existían.

Incluso hay recuerdos en ellas tan intensos que pueden hacerte recordar un olor, uno sonido, un sabor o incluso una textura de aquel lugar en el que se dio origen a una imagen eterna.

Quizás nuestra generación más joven de hoy, los nativos digitales, no alcanzan a saber la gran suerte de poder capturar tantos y tantos momentos de sus vidas que seguramente sus padres na hayan podido tener.

Imagina la cantidad de momentos y emociones por segundo que quedan para el recuerdo en cada lugar y con cada persona del mundo.

Photo credit: LMEM