Vigesimoquinto post de la serie dedicada a Frases de Mark Twain enfocadas al marketing (25). En esta ocasión, la frase que he seleccionado es:
“Viajar acaba con los prejuicios, la intolerancia y la estrechez de miras. Tener opiniones sanas y caridad entre los hombres no se pueden alcanzar si nos sentamos a vegetar en nuestro propio rincón del mundo toda la vida”
Bueno, más que una frase es todo un alegato. Una declaración de intenciones contundente. Ya hablamos en un post anterior sobre la importancia que tiene viajar para la visión marketera, esa que es precisamente la que nos va a ayudar a evitar prejuicios, intolerancia y estrechez de miras.
Viajar significa amplitud, dimensión, realismo. Vaya trío de conceptos, pues nos ayudan a ponernos en situación. Somos relativamente pequeños respecto al mundo, pero significativamente grandes con nuestros actos.
Viajar pone en alerta automática a todos tus sentidos. ¿Hay mejor manera de captar estímulos para un marketero? Vemos cosas nuevas, tocamos texturas diferentes, olfateamos nuevos aromas, degustamos nuevos sabores, escuchamos nuevos sonidos… intuimos otras sensaciones…
Los cambios de usos horarios, de maneras de amanecer y anochecer, de saludos entre personas, de idiomas, de vestimentas… ¿seguimos? Una lista innumerable de inputs diferentes nos provocan y seducen constantemente.
Justo eso es lo que nos hace aprender si somos conscientes de aprovechar cada segundo, de vivir el presente y de dejarnos llevar por la particular magia de cada lugar que no es nuestro lugar natural.
Viajar implica sacar la mejor versión de ti mismo, incluso en aquellos aspectos que desconoces precisamente de ti mismo. Piensa que quien viajó descubrió algo, siempre.
El mundo es la mejor propuesta que existe para la inspiración y el hecho de dejar por un tiempo tus raíces es el mejor preámbulo para descubrir tanto lo externo como lo interno.
Photo credit: Moyan Brenn