Sexto post de la serie dedicada a Frases de Mark Twain enfocadas al marketing (6). En esta ocasión, la frase que he seleccionado es:
«No puedes confiar en tus ojos cuando tienes la imaginación desenfocada»
Imagina. Lo ves claro. Tienes la idea. Te dejas llevar por el ímpetu para hacerla realidad… ojo, ¿de qué realidad estamos hablando? ¿De la tuya o de la de todos? ¿Hay una realidad para cada uno de nosotros?
Lo que vemos, miramos y observamos es, probablemente, diferente incluso para aquella persona en la que mas confías. Haz la prueba. Los excesos de emoción interior desenfocan nuestra imaginación y nos llevan hacia un viaje personalizado acerca de lo que vamos a percibir.
Como siempre, focalicemos sobre un consumidor. Un mensaje, una fotografía,… lo que para tí puede tener un significado es probable que sea diferente en otra persona. Depende de muchos factores, como siempre.
Los estados de ánimo, los estados de opinión, el no control del contexto de mensaje e imagen,… hay tantas y tantas cosas por controlar que la tarea se presenta difícil.
Otro contratiempo es el típico «eso ya lo he visto yo antes». Aunque no todo está inventado si que existen millones de cosas que nos recuerdan a otras. Tenemos que plantearnos si de verdad lo que hemos imaginado tiene sentido y si dentro de nuestro concepto es un concepto aplicable e interesante.
No te dejes llevar tampoco por éxitos y/o fracasos anteriores, pues pocas cosas desenfocan la imaginación tanto como estas, al estar lógicamente cargadas de intensidad emocional.
Recuerda que la imaginación es un proceso psicológico superior que nos permite manipular la información generada para crear una representación percibida por los sentidos en ausencia de estímulos del ambiente. Es importante, que tengamos en cuenta que cuando imaginamos no solo interviene nuestro sentido de la vista, sino que también participan otros.
Photo credit: Marianne Skellington
