Hoy os traigo un tema muy interesante: La publicidad comparativa en la estrategia de marketing de una marca.
Podemos definir el concepto de publicidad comparativa como una estrategia que permite posicionar de forma positiva una marca, una persona o un producto en el mercado a través de la comparación con otra marca, otra persona u otro producto de similares características.
El resultado de esta comparativa es que la propuesta de la marca se vea favorecida a costa de su competidor más conocido.
La publicidad comparativa se enfoca a intentar demostrar al consumidor que la marca posee cierta mejora frente a otra marca competidora.
Lógicamente, es una herramienta de alto riesgo, ya que puede generar incluso el efecto contrario del deseado y que no sea bien asimilada.
Siempre, en estos casos, el competidor aludido tiene su oportunidad de respuesta y son muchos los ejemplos que existen en los que precisamente la marca competidora ha aprovechado la alusión para dar un «zasca» a la marca que ha utilizado el recurso de la publicidad comparativa.
Además, hay que contar con que en cada país existe una legislación que hay que cumplir y que protege en parte los intereses de las marcas para que éstas no puedan ser atacadas libremente.
Muchas marcas conocidas han generado episodios memorables de este tipo de publicidad, que a veces les ha salido bien y otras no tanto, generando incluso el resultado contrario al esperado que hemos comentado anteriormente.
Burguer King versus McDonals, Pepsi versus Coca Cola, Don Simón versus Pascual… la lista es muy larga y nutritiva.
Sobre todo, en fechas señaladas como Halloween, las marcas se las ingenian para llamar la atención del consumidor con altas dosis de ingenio, pero como también decíamos antes, ese ingenio deja a veces en bandeja ingenio sobrante para que el competidor reaccione de forma impecable e implacable.
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