En esta ocasión os traigo un buen ejemplo de cómo pasar a la acción para la sección de productos singulares: La Tienda de las Palabras, librería ambulante.
En los negocios podemos hacer dos cosas: esperar a que nuestros potenciales clientes vengan a buscarnos o salir activamente a por ellos.
Este segundo caso es el que vamos a ver con un modelo enfocado en un productos concreto, los libros, con los que La Tienda de las Palabras propone un sistema dinámico realmente atractivo.
El proyecto está basado conceptualmente en la inversión (técnica de marketing lateral que invierte los términos habituales), en este caso, lo estático de una librería ubicada en un lugar concreto por un vehículo que transporta de manera dinámica los libros allá donde esté la oportunidad.
Esta librería ambulante se mueve a lugares y espacios donde los libros tienen cabida. Cualquier lugar puede tener sentido, desde una tienda de muebles a un restaurante, pasando por cualquier tipo de evento o idea que se pueda plantear.
Su creadora, Pita, tiene claro que una librería es mucho más que un espacio en el que ojear y comprar libros. Una librería es un lugar donde ocurren cosas, donde las palabras piden cita para la diversión e incitan al público empujan a encontrarse, acercarse a la cultura, despertar la imaginación, etc.
La Tienda de las Palabras organiza diversos eventos siempre con el objetivo de dinamizar temáticas relacionadas con los libros. Me gusta que saben que las palabras quieren contarnos siempre algo y hacernos sentir cosas increíbles.
Otro aspecto interesante de este proyecto es que nos propone que si no tenemos tiempo de ir a una librería y buscar o consultar qué leer, podemos dejar a través de unas preguntas las pistas que lleven a que nos consigan los libros adecuados a nuestros gustos y nos los hacen llegar.
Photo credit: LTDLP