Está en boca de todos el reciente caso del Leicester City, una marca que dispara su valor. El modesto equipo de la Premier League inglesa se acaba de proclamar campeón del torneo tras una excelente e imprevista temporada que le ha llevado lo más alto.
Una noticia que ha impactado al mundo. Una marca, Leicester City, que compite de tu a tu contra otras enormes marcas de la Premier League como Chelsea, Manchester United, Arsenal, Manchester City o Tottenham entre otras.
Ganar la Premier League ha supuesto que el valor real de la marca Leicester City se dispare y que por supuesto su valor percibido también. Esto se hace extensible a su estructura interna. Es decir, los jugadores disparan su valor, el entrenador también y muchos otros elementos son proyectados intensamente.
El impacto para la ciudad, obviamente, está siendo grande
A pesar de que el equipo de fútbol no era precisamente la gran atracción deportiva. El rugby, el baloncesto o el cricket han tenido hasta ahora más popularidad que el fútbol.
Este éxito me recuerda a otros modestos equipos que han logrado un éxito similar cuyo impacto para su ciudad ha sido notable. Casos como el del Villarreal, que alcanzó la Primera División española y ha mantenido una trayectoria muy notable en la misma, son un claro ejemplo de ello.
Qué mágico es pasar de la ordinario a lo extraordinario y poder comprobar el poder que una marca posee. Ahora las expectativas son muy altas de cara a los próximos retos del equipo y, por extensión, de esta marca.
Clasificados para la siguiente edición de la prestigiosa UEFA Champions League, el Leicester City defenderá título en una liga muy competitiva como es la Premier League. Veremos si todo esto no ha sido más que un sueño pasajero o tiene visos de al menos luchar de verdad por repetir la hazaña.
Lo que si que está claro es que habiendo conseguido esta notoriedad de marca, sus gestores deben hacer lo posible por al menos mantener la buena percepción actual de la misma.
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