Falacias en el marketing: conclusión irrelevante, tu quoque y argumentum ad hominem

Arrancamos otra variante de la serie de post dedicada a las falacias en el marketing: conclusión irrelevante, tu quoque y argumentum ad hominem.

Las falacias informales son razonamientos donde lo que aportan las premisas no es adecuado para poder tener justificación de la conclusión a la que se pretende llegar.

Se pretende convencer sin aportar buenas razones, haciendo uso de elementos no pertinentes o incluso irracionales. En caso de que las premisas sean información acertada, lo serán por una conclusión diferente a la que se pretende.

Falacias en el marketing: conclusión irrelevante, tu quoque y argumentum ad hominem
Falacias en el marketing: conclusión irrelevante, tu quoque y argumentum ad hominem

De un total de 31 tipos, veamos en este post las tres primeras:

Conclusión irrelevante

Del latín, ignoratio elenchi, también se denomina refutación ignorante o eludir la cuestión. Se trata de la falacia lógica de plantear un argumento que puede ser válido por sí mismo, pero que prueba o soporta una proposición diferente a que la que debería apoyar.

En algunas ocasiones estas conclusiones irrelevantes son intentos deliberados por parte de personas con intención de manipular de cambiar el asunto de la conversación.

Ejemplo aplicado al marketing: «Este director de marketing es un gran profesional y debe ganar el premio al mejor director de marketing 2016. es muy buena persona y colabora en multitud de obras sociales».

Como se puede comprobar, el hecho de haber colaborado en multitud de obras sociales no implica que deba recibir el premio a mejor director de marketing 2016.

Tu quoque

Del latín, tu también, es un tipo específico de conclusión irrelevante, ya que se basa en que la premisa presentada por alguien es falsa porque ese alguien no la sigue.

Ejemplo aplicado al marketing: «La marca de cosméticos X siempre ha defendido que ese compuesto químico no era apropiado para fabricar cremas. Sin embargo, últimamente los usan. Debe ser que no serán nocivos»

Argumentum ad hominem

También denominado argumento dirigido al hombre, consiste en replicar al argumento atacando o dirigiéndose a quien realiza el argumento más que a la clave del mismo.

Ejemplo aplicado al marketing: «El gobierno dice que esta marca no comete irregularidades medioambientales, pero esto carece de credibilidad puesto que el propio gobierno comete irregularidades medioambientales».

Photo credit: WSD

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