Falacias en el marketing: falacia del costo irrecuperable y falacia de acentuación

Continuamos con la serie de post dedicada a las falacias en el marketing: falacia del costo irrecuperable y falacia de acentuación.

En esta ocasión, vamos con dos nuevos tipos de falacias informales:

Falacia de acentuación

Se trata de una falacia que se construye al realizar una proposición que contiene una parte afirmando o concordando con un tema y otra parte con una objeción o condición.

En función de dónde se aplique la fuerza de acentuación se denotará más o menos importancia en un sentido u otro. De esta forma se puede crear un planteamiento ambiguo a la hora de interpretar.

Se utiliza con mucha frecuencia en el ámbito de la política, ya que permite al político recular sobre lo dicho si las cosas salen mal.

Ejemplo aplicado al marketing:

El director financiero de la empresa consulta al director de marketing de la misma si está de acuerdo con el nuevo planteamiento de altas inversiones en comunicación avalado por la gerencia.

El director de marketing responde: «Estoy totalmente a favor de un planteamiento de este tipo, es absolutamente necesario».

Si se aporta énfasis con la palabra «totalmente», significará un apoyo total, mientras que si se aporta énfasis a que «está de acuerdo con la inversión», puede significar que puede no estar del todo de acuerdo con que éstas se enfoquen solamente a comunicación.

Falacias en el marketing: falacia del costo irrecuperable y falacia de acentuación
Falacias en el marketing: falacia del costo irrecuperable y falacia de acentuación

Falacia del costo irrecuperable

También denominada falacia de la concordia, ocurre cuando una persona realiza una inversión que parece no ser rentable y razona de esta forma: «No puedo paralizar la inversión en este momento, ya que de lo contrario perderé lo invertido hasta el momento».

Aunque es cierto, el argumento es irrelevante para la decisión final de si debe continuar invirtiendo en el proyecto. Es decir, los argumentos para seguir invirtiendo en el proyecto no deben basarse únicamente en el miedo a la pérdida de lo invertido, sino en las expectativas del proyecto.

Ejemplo aplicado al marketing: «No debemos paralizar el esfuerzo en el estudio de usos y aplicaciones del producto, aunque ya llevamos tres años con esto y el tiempo estimado era de seis meses».

Photo credit: meetup

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