Como siempre, ando buscando novedades de forma constante. La creatividad da paso a la innovación y hoy me he encontrado con otro de esos productos singulares: Abel Organics.
Se trata un perfume realmente sorprendente, del que como bien dicen en su propia web se podrían contar muchas cosas, demasiadas. Abel Organics está elaborado con ingredientes 100% orgánicos, consiguiendo llevar este concepto al límite.
Llevarlo al límite significa que han logrado que su composición final sea tan natural que si quisiéramos podríamos beberlo. Lees bien, beberlo. Y ya sabes lo que me gustan este tipo de estímulos, capaces de despertarnos emociones, hacernos tomar decisiones y finalmente provocarnos recuerdos.
Su creadora, Frances Shoemack, es una enóloga neozelandesa. Frances tenía la pretensión de crear un perfume de la misma manera que desarrollaba un vino. De ahí que a este producto le haya denominado exactamente Abel Organics Vintage 2013, que es su añada. Para ello, ha tenido la colaboración del perfumista Isaac Sinclair.
A partir de aquí, la enóloga se propone realizar el proceso durante cada año, tal cual si fuera un vino, repitiendo la fórmula. El toque diferencial lo pondrá la magia de la naturaleza, que aportará sus matices particulares.
Dado que Abel Organics es un producto singular, su packaging es acorde con el concepto
La botella que contiene el producto está realizada en cristal reciclado y recubierta de madera. La idea es que sea reutilizable, para estar en sintonía también con lo orgánico y lo natural, pudiendo servir tras su uso principal como objeto de papelería, servilletero, etc.
Para finalizar, decir que el perfume está concebido bajo características tan peculiares que lo hacen usable tanto por chicos como por chicas, es decir, es unisex. Dicen sus creadores que está en un territorio donde lo que importa es la fragancia, quien la lleva y cómo interactúa.
Me encanta este atrevimiento!
Photo credit: abelorganics
