Dos productos que cambian su ocmponente estático por un componente dinámico y se convierten en algo realmente diferente y divertido. Hoy en productos singulares: Clocky y Tocky Despertadores.
Clocky es un despertador que suena a la hora programada de una manera que seguro odiaremos el primer día. Si no le haces caso o intentas apagarlo con un golpe de mano fuerte, Clocky salta de la mesita y comienza a correr por la habitación sin dejar de sonar, lo que nos obligará a salir tras el con no muy buenas intenciones.
Para ello, Clocky está provisto de unas ruedas que provocan que salga en diversas direcciones sin control. Es probable que si te lo regalan lo uses una vez y para la segunda te lo pienses mejor.
Por su parte, Tocky salta desde tu mesita y rueda por toda la habitación para que no te quedes dormido, en este caso sin ruedas, aprovechando su forma redonda.
Además, mientras Tocky sigue y sigue rodando empieza a lanzar tu música favorita, que previamente puedes cargar en formato mp3.
Otra opción es que tu mismo o cualquier otra persona grabe cualquier mensaje o sonido y sea eso lo que utilices para que este travieso despertador ejecute su función sin piedad.
Estos dos ejemplos nos demuestran que la técnica de creatividad denominada inversión es capaz de dar vida a productos con chispa como Clocky y Tocky.
En este caso se pasa de un estado estático, el típico y esperado en un despertador de carácter funcional, a un estado dinámico, algo poco usual e inesperado en un despertador que adquiere matices emocionales.
Las acciones de huida de ambos despertadores incorporan a ese momento clave del día algo que no te deja indiferente: o te ayuda a arrancar con energía y una sonrisa o… puede que todo lo contrario.
Photo credit: Nanda Home