Relación entre el running y las emociones (2)

Ayer nos quedábamos comentando en el primer post de la serie dedicada a la relación entre el running y las emociones (2) un concepto asociado a la práctica obsesiva del mismo: la adicción.

La adicción, como todo en la vida, llevada al extremo puede perjudicarnos. Existen varios tipos de adicciones de las que oímos hablar constantemente en nuestro mundo actual, siendo algunas de ellas tan conocidas como la adicción al trabajo (trabajólicoworkaholic), o la adicción a las compras (oniomanía o shopaholic), o la adicción en la obsesión con el físico (vigorexia).

El running es uno de los deportes que más obsesión puede llegar a generar

Su nivel de adicción es muy potente, como ya veíamos en el post anterior.

Las características de esta adicción no difieren en demasía de cualquier otra, incluyendo el síndrome de dependencia, tolerancia y abstinencia. “La adicción al deporte tiene tres fases: una primera en la que se hace por placer; una segunda, en la que el objetivo es mejorar la belleza física, el bienestar, liberarse del estrés o relacionarse con otras personas; y una tercera en la que aparece el abuso y la necesidad de hacer deporte a toda costa, a pesar de que se sepa que puede traer consecuencias negativas”, según aclaraba la autora de la investigación.

Corre, puede que lo hagas irracionalmente
Corre, puede que lo hagas irracionalmente

Alguna vez en el blog, sobre todo en los artículos de la categoría de neuromarketing, he mencionado a las endorfinas, unos neurotransmisores que segrega el cerebro cuando obtiene una sensación de placer. Las endorfinas nos dan ánimo y una vitalidad inusitada. Esa sensación de bienestar nos retroalimenta para el próximo reto y así continua la cadena. Ya estamos enganchados. Es como cuando escuchas un temazo que te produce un subidón importante de ánimo y lo vuelves a poner porque necesitas volver a sentir lo que acabas de sentir.

Otro aspecto emocional que contribuye a esta moda es que precisamente el running está de moda. Me explico. Os presento a la presión de grupo, otro componente del que también he hablado en post relacionados con el neuromaketing. Ésta nos afecta a la hora de comportarnos respecto a los demás. Y como ahora los demás corren… Primero nos preguntamos por qué corren (yo me preguntaba cachondamente, ¿de qué huyen?). Después pasamos a pensar… ¿y si yo no corro?. El último paso es… probemos!

Piensa si es tu caso y comprueba en qué medida la presión de grupo te ha impulsado a practicar el running. Interesante, ¿no? Y, la presión de grupo, no solamente son las demás personas, sino todas las comunicaciones de todas las marcas que están invadiéndonos bajo el espectro del universo running.

Seguimos en breve con más aspectos de la relación entre el running y las emociones. Espero haberte aportado!

Photo credit: Walter Rothon

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