Hoy os traigo a otro protagonista de interés para el blog: La transparencia en la estrategia de marketing.
En la relación marca-consumidor actual, debemos tener claro que nuestro público objetivo necesita confiar en la marca y a mayor transparencia, mayores niveles de confianza. Además, a nuestro público le va a gustar y mucho saber que es importante para la marca. A esto último se le llama empatía.
El concepto de transparencia indica literalmente la capacidad de un objeto de dejar pasar la luz, lo que significa que permite una visualización correcta. Aplicado a una marca, la transparencia posee connotaciones positivas, que además nos alejan de las posibles percepciones negativas que se originan si ésta no existe.
En marketing, transparencia es igual a confianza y credibilidad. No tenemos mas que aplicárnoslo a nosotros mismos a nivel personal. Si consideramos a alguien como transparente, significa que es alguien en quien se puede confiar, alguien creíble y que aporta seguridad.
Una marca transparente, por tanto, es aquella que aporta toda la información posible al consumidor sobre sus procesos. Hablamos de procesos de producción, logísticos, comerciales, económicos, de respeto medioambiental, legales, fiscales, etc.
Además, de la confianza y la credibilidad, la marca adquiere entonces otro adjetivo interesante: la honestidad. No es fácil encontrar marcas honestas. A partir de ahí el último escalón sería el logro de una buena reputación a todos los niveles, tanto físicos como digitales.
Finalmente, si una marca logra llegar hasta ahí podrá con el tiempo amortizar todo el esfuerzo invertido en forma de ventaja competitiva, pues qué mejor arma ante el entorno que la rodea que una buena reputación. Disney es, probablemente, una de las marcas con mayor transparencia del mundo.
Este flujo, debe acabar debe acabar calando en el estado de percepción del consumidor, que percibirá el beneficio y se sentirá orgulloso de tener entre sus preferencias a una marca que sabe que no le va a decepcionar.
Photo credit: Disney