Decimosexto post de la serie de 22 dedicada a las leyes de la fantástica obra de Jack Trout y Al Ries, las 22 leyes inmutables del marketing: Ley de la singularidad.
En cada situación, únicamente una jugada producirá resultados sustanciales
Muchas veces buscamos a través de diferentes estrategias de marketing pequeños o medianos avances en el camino. Pero suele funcionar muy bien que con una sola estrategia en la que enfoquemos todo el esfuerzo nos aporte un gran resultado. Eso si, teniendo un componente exclusivo: lo inesperado.
Los golpes audaces han marcado la historia de las marcas desde siempre y esto ahora no es una excepción. Casi siempre, estemos en el segmento que estemos, hay solamente una opción que es la que va a marcar la diferencia.
Ante nuestro panorama competidor como marca, nada va a marcar más que una estrategia inesperada, sorprendente. Esto no tiene que estar reñido con haberla testado, simplemente es meter esa dosis de riesgo si buscamos ambiciosamente nuestro lugar en el mercado.
Tomar decisiones no es fácil, más cuando te estás jugando el todo por el todo con tu marca, pero a veces es necesario dar el paso, salir del letargo y demostrar al mundo por qué existe tu marca, cómo va a hacer que te enamores de ella y qué propuesta de valor posee y le diferencia del resto.
La singularidad implica, como bien dice su propia palabra, unicidad. Incluso la definición del concepto en la conocida Wikipedia dice que el término se usa para aludir a ciertas funciones que presentan comportamientos inesperados cuando se le asignan determinados valores a las variables independientes. Incluso existe la denominada teoría de la singularidad.
Ahora es nuestro turno para convertir la teoría en práctica y realidad.
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