Decimoséptimo post de la serie de 22 dedicada a las leyes de la fantástica obra de Jack Trout y Al Ries, las 22 leyes inmutables del marketing: Ley de lo impredecible.
Salvo que diseñemos los planes de nuestros competidores, no podremos predecir el futuro
Tan simple y tan rotundo como esto. Obvio, ¿no? El problema de las obviedades es que a veces las olvidamos o las pasamos por alto.
Pensemos en nuestra marca. ¿Puedes predecir qué hará cualquiera de las marcas competidoras que conocemos? Imagínate de las que no conocemos. Dado esto, habremos de darle la importancia que tiene a las herramientas que mejor nos puedan ayudar a minimizar lo impredecible: disponer de objetivos, estrategias, acciones y medición de todo ello de manera planificada.
Dentro de esta planificación es fundamental no dar nada por hecho. Nada de suposiciones, pues nos llevarán al error. ¿Donde esta la clave? En la observación. Observar y detectar posibles movimientos orientados al medio y largo plazo nos dará pistas e incluso nos permitirá descubrir alguna posible tendencia de mercado.
Recuerda que nada permanece inmutable, solo el cambio. Los competidores y el mercado van a estar en constante mutación. Esto es una verdad absoluta.
Es importante atender a los insights del consumidor, que son aspectos ocultos en su mente y que inciden en la manera en cómo piensan, sienten y actúan. Los insights son muy útiles, por la oportunidad que nos brindan a la hora de plantear y crear nuevos productos, servicios, estrategias y comunicación que aporten innovación.
Por un lado son muy importantes las creencias y los valores, como elementos emocionales que potencian la confianza del consumidor en una marca. Por otro, los beneficios, características y atributos, que aportan una mejor relación y entendimiento con los consumidores.
No olvides tu ventaja competitiva, es decir, en qué es buena tu marca. Sin tener esto perfectamente determinado de nada nos vale observar ni planificar.
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