Hoy quiero hablaros sobre 3 cuestiones importantes para hacer pensar a tus clientes que a la vez también nos sirven para pensar sobre nosotros mismos.
Es importante para ello que plateemos el desenfoque, como ya vimos en este interesante post anterior: Desenfocar para enfocar como estrategia de marketing.
Primera cuestión: ¿Y si?
Esta pregunta siempre nos propone una condición y nos abre un maravilloso escenario mental que nos abre una herramienta humana muy poderosa: la imaginación.
Ejemplo: aplicado: ¿Y si esta innovación que acabamos de crear estuviera en manos de la competencia?
El abanico de posibilidades que se abre suele ser grande, pero entre todas las opciones seguro que se encuentra una que es crítica y que nos hace pensar mucho. Esa opción hay que tenerla muy en cuenta.
Segunda cuestión: ¿Y por qué no?
Esta pregunta representa una clara inquietud por las novedades, una declaración para intentar cosas nuevas. Así mismo, como en la cuestión anterior, también se abre el maravilloso escenario de la imaginación.
Ejemplo aplicado: ¿Y por qué no empezamos a plantear nuestro proceso de internacionalización?
En este caso, jugamos mucho con el aspecto contrario, es decir, primero planteamos el «no» para pasar inmediatamente después a intentar darle la vuelta al objetivo mentalmente.
Tercera cuestión: ¿Y qué pasaría si?
Es el estado final, ya que vamos más allá de la propia acción y pasamos a ver la profundidad de la repercusión de dicha acción. Va un paso más lejos que la primera cuestión.
Al igual que en los casos anteriores, y quizás aún más si cabe, la imaginación juega un papel trascendental en el proceso de pensamiento.
Ejemplo aplicado: ¿Y qué pasaría si el formato de nuestro envase fuera tres veces más pequeño?
Buscamos consecuencias y por ende profundizamos en las posibilidades reales de la acción, lo que seguramente nos llevará a realizar un análisis exhaustivo del escenario competitivo en busca del contraste de las respuestas que podamos obtener.
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