7 pecados: la pereza en el marketing

Cuarta entrega de la serie de post sobre 7 pecados: la pereza en el marketing. Y qué pereza que podría darme para escribir tanto, ¿cierto? Quizás sea un buen momento para recordar este post anterior muy relacionado con el tema de hoy y que se titulaba El arte de postergar: la procrastinación.

La pereza afecta directamente a nuestra capacidad de aceptar y ser consciente de la existencia de uno mismo. Nos aparta de las obligaciones inmediatas hasta el punto de lograr el arte de postergar que citábamos en el post recomendado antes.

Conceptos como desgana, rechazo, aversión o disgusto son típicos del entorno en el que se desenvuelve la pereza. Para este pecado capital y su enfoque hacia el marketing empezaría por destacar que ser capaces de detectar nuestra pereza es fundamental, para determinar el qué la causa, cómo la causa y por qué la causa.

La pereza influye condicionando nuestro estado de ánimo
La pereza influye condicionando nuestro estado de ánimo

Tras ello, pondremos las medidas correctoras necesarias. Es fundamental prevenir la pereza en los procesos, no solo de marketing, sino de la empresa en general. Al fin y al cabo, son las personas que componen nuestra organización quienes van a sufrir este pecado. Puede que suceda una falta de motivación o que sea por causa de una falta de preparación o formación, o quizás por una mala comunicación interna que no deje ver el objetivo de forma clara.

Detectar la pereza en los competidores es también un punto clave

Por ejemplo, si han lanzado un nuevo producto o servicio pero vemos que no lo están potenciando, o bien si lo hemos lanzado nosotros y no vemos una reacción clara por su parte.

En cuanto a la composición de mensajes, tenemos la oportunidad de generar llamadas a la acción con un enfoque hacia los conceptos citados anteriormente, como desgana, rechazo, aversión o disgusto. Sería pensando en la causa-efecto que queramos transmitir al consumidor de nuestros productos o servicios, bien sea por experiencias anteriores con otros productos o servicios o bien sea por intentar provocar que se atrevan a probar algo que nunca antes han probado.

Seguimos con el próximo post: la ira.

Photo credit: vk

2 comentarios

  1. Buenos días, pero también la pereza de los consumidores es extremadamente aprovechable, ¿no? ¿podríamos pensar que tanto los tele-productos como todo lo virtual (on-line) tiene su origen en la pereza? ¿O es más positivo decir que tiene su origen en la comodidad?

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