La capacidad de captar la atención en marketing

En el post de hoy vamos a hablar sobre la capacidad de captar la atención en marketing. Captar la atención del consumidor hoy alcanza un valor incalculable, por muchos motivos.

Entendemos por atención la capacidad que poseemos de discernir y centrarnos en aquello que queremos percibir. Y hoy, en cada momento, percibimos montones de cosas de forma simultánea.

Los consumidores utilizamos la capacidad de atención para discernir y retener en el primer plano de nuestra mente aquello que nos interesa. Desde que somos bien pequeños hemos ido aprendiendo a hacerlo así.

Nuestro entorno ha ido a lo largo del tiempo intentando captar nuestra atención, partiendo de las personas más cercanas a nosotros como nuestros padres, nuestros hermanos, etc. a través de diversos canales y también de algo fundamental: la repetición.

La capacidad de captar la atención en marketing
La capacidad de captar la atención en marketing

Poco a poco hemos ido aprendiendo cómo funciona todo lo que nos rodea

Qué cosas podemos creer y qué cosas podemos no creer; qué podemos aceptar y qué no; aquello que es bueno y aquello que es malo, etc.

Todos estos factores son fundamentales para introducirlos en un proceso de marketing de una marca, tenerlos muy en cuenta, sacar conclusiones y determinar cuáles de ellos serán estratégicamente fundamentales para captar la atención del consumidor.

Captar la atención puede venir desde el plano racional o desde el plano irracional, en función de los mayores o menores atributos funcionales o emocionales respectivamente que estén incorporados en un producto o servicio.

En función de la capacidad de atención que hemos ido adquiriendo sobre los determinados conceptos que a lo largo de nuestra vida hemos ido descubriendo habremos creado un sistema de creencias muy particular.

Este es otro aspecto a tener muy en cuenta, ya que aunque una marca haya trabajado de manera excelsa su estrategia de enfoque hacia un determinado público, los sistemas de creencias pueden tener distorsiones entre si, por ejemplo en cuanto al uso o aplicación de un determinado producto o en cuanto a la utilidad verdadera de un determinado servicio.

Está claro que hay que prestar siempre mucha atención.

Photo credit: Alexandra Houle

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