Hoy vamos a hablar sobre cómo crear un ritual para tu marca. Primero definamos qué es un ritual dentro del mundo marketero.
Como cita Wikipedia, un ritual es una serie de acciones de alto valor simbólico, fundamentadas en algún tipo de creencia, tradición, memoria histórica de una comunidad, etc.
Podemos hablar de una costumbre o ceremonia repetida en constantes ocasiones, por lo que posee cierto aire de superstición. Es difícil para el ser humano no tener ningún tipo de acto que recuerde a este concepto de ritual, ya que normalmente buscamos aferrarnos a algo a modo de creencia.
Si llevamos este concepto al mundo de las marcas (como nos cuenta Martin Lindstrom, entre otros, en sus libros) podemos conseguir una poderosísima herramienta de pertenencia a la misma.
Una vez más, la clave es el aspecto emocional e irracional que tanto nos condiciona como seres humanos.
Un ritual nos proporciona una asociación emocional cuyo resultado es una conexión hacia un beneficio específico
Los rituales se fijan en nuestra memoria con una solidez tremenda. Nos condicionan a seguir unas pautas de comportamiento que se retroalimentan en el tiempo al ser secuenciales. Además, nos proyectan estímulos positivos hacia la marca que nos los proporciona.
Un ritual será más poderoso si logra reunir al mayor número de sentidos posible. Esto hará que sea muy difícil olvidarlo o romperlo. ¿Un ejemplo? Uno de los más conocidos empleados por una marca es Oreo y su conocida manera de disfrutarlas, como hemos visto en muchos publicitarios de la marca. El sentido gustativo, apoyado del sentido del tacto y de la vista, hacen que se genere el ritual.
Otro ejemplo clásico es Coronita, la cerveza que nos propone ser acompañada de la rodajita de limón. No es para nada lo mismo beberla sin ella. Ese acto de abrir la botella, cortar el limón e introducirlo dentro genera un recuerdo constante. Esto da origen a una creencia de que así sabe mejor (fíjate que incluso no nos paramos a pensar siquiera en qué tipo de limón es mejor para ello).
Y ahora, como siempre, es tu turno. Crea un ritual, ¿te atreves?.
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