Las marcas siguen buscando caminos que les lleven de manera directa a los centros de decisión de los consumidores y por este motivo me ha gustado pensar en cómo segmentar las emociones para crear este post.
Normalmente la segmentación convencional dentro de los procesos de marketing ha venido marcada por categorías como:
- segmentación por edad: según la edad del grupo objetivo a analizar
- segmentación por sexo: según el género del grupo objetivo a analizar
- segmentación por nivel de renta: según los ingresos estimados del grupo objetivo a analizar
- segmentación geográfica: según la localización territorial del grupo objetivo a analizar
- etc.
A partir de aquí podemos ir mucho más allá, con propuestas de segmentación por estilos de vida, como ya hemos hablado en algún post anterior que te recomiendo leer: solteros, divorciados, metrosexuales y adultescentes.
La homogeneidad del grupo resultará fundamental para saber cómo segmentar las emociones
A partir de este planteamiento, tras un buen análisis llegará un diagnóstico que será la base para la definición de los objetivos emocionales que buscamos en la relación marca-consumidor y la definición de las estrategias de comunicación que serán la base del plan de acciones en busca de la relación emocional.
El análisis y contraste de las emociones en grupos segmentados o microsegmentados es tremendamente útil, aunque eso no nos garantiza ningún tipo de éxito. Hay que ser coherente y saber que esta información nos permite hacer mejor las cosas, pero en ningún caso ya tendremos todo ya hecho.
La segmentación emocional juega un papel trascendental en el fenómeno fan, ya que el fan es uno de los extremos del comportamiento, donde las emociones son determinantes. Pero esto ya daría para otro post, que no tardaré en construir.
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