Os traigo una nueva entrada para la serie de post dedicada a conceptos de tendencia en el nuevo consumidor: Chic.
Cuando vemos algo o alguien con elegancia y con estilo solemos utilizar la palabra chic.
El concepto también se usa para indicar un toque distinguido en estilos que no lo son. Un ejemplo puede ser el boho-chic (bohemio-chic).
La palabra tiene cierta relación con la que vimos en el post anterior, fashion. Os invito a leer esta entrada (clic aquí para acceder).
Señalar algo o a alguien como chic tiene connotaciones positivas
Cuando usamos esta palabra, solemos hacerlo bajo una proyección positiva. Es decir, es poco probable que tenga un comportamiento irónico.
También es interesante que el concepto tiende a ser usado para referirnos sobre todo a detalles. Esos detalles son capaces de transformar un concepto entero.
El concepto no solamente se usa en moda, que es donde más cabida tiene, sino que con el tiempo hemos ido extendiendo su aplicación.
Sin duda, es otro de esos conceptos que tiene una interpretación muy personal. Es decir, aunque tenga un significado concreto, cada persona puede darle una connotación personal.
Adicionalmente, chic hace referencia a un término utilizado para denominar a una corriente artística y estética, que tiene como origen la filosofía posmoderna de finales del siglo XIX.
Su principal rasgo característico es el desapego del patrón tradicional de la belleza.
De alguna forma, se sucede una suplantación de los valores formales llegados a la industria de la cultura y del consumo dsdee las sociedades del capitalismo.
Esta corriente puede ser considerada como una variante de la tradición artística pop, que deriva de los fenómenos underground de finales de los años sesenta.
En definitiva, otro concepto interesante que forma parte cotidiana de nuestro lenguaje, como podrás comprobar en cualquier momento.
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