Llega una nueva entrada para la serie de post dedicada a conceptos de tendencia en el nuevo consumidor: Fashion.
¿Cuántas veces hemos dicho de algo que es fashion? O, ¿cuántas veces hemos dicho que alguien va muy fashion?
Esta palabra es el claro ejemplo de éxito en la integración de un anglicismo en nuestro idioma castellano.
En este caso, ocurre algo similar a lo que ha ocurrido con otros anglicismos de éxito que ya hemos visto como por ejemplo casting.
Te invito a consultar el post anterior sobre este concepto (clic aquí para acceder).
Fashion significa literalmente moda. Pero el concepto ha dado amplitud a su significado cotidiano y nosotros mismos hemos transformado su aplicabilidad.
Nos referimos a algo fashion cuando queremos expresar que contemplamos algo o alguien llamativo, moderno y sin aparentes complejos.
Incluso la palabra, así aplicada, puede tener una clara connotación peyorativa, aunque bastante suave.
Una de las derivaciones conceptuales que podemos encontrar es el concepto fashion victim
Su tracción a nuestro idioma castellano sería algo así como «víctima de la moda«.
Se trata de un anglicismo que identifica a aquella persona que sobrepasa los límites comunes de vestir a la moda.
Este término está atribuido al diseñador Óscar de la Renta. Se utiliza para señalar a quien no capaz de identificar los límites generalmente reconocidos de estilo.
El adjetivo fashion también ha derivado en otro concepto interesante: fashionista.
Podemos definir fashionista en dos vertientes. La primera, para referirnos a un diseñador de alta costura.
La segunda, quizás la más utilizada, para referirnos a un fiel seguidor de la moda.
Como vemos, a partir del término protagonista de este post, se derivan otros anglicismos que también se han colado en nuestro idioma.
Lo cierto es que es un vocablo que prácticamente podemos usar todos los días de forma habitual.
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