Hoy os presento otro de esos productos singulares que tiene componentes interesantes de análisis: Cooper Cooler, enfriador de botellas exageradamente rápido.
En alguna ocasión habrás vivido una situación en la que se habrá dado la necesidad de tener la bebida fría y no ha sido así por cualquier motivo.
Cooper Cooler se presenta como solución ante este panorama, que te hace quedar mal, ya que en tan solo unos minutos es capaz de dejar helada una botella.
Siendo así, podemos hablar de una exageración. Ésta es una de las técnicas de marketing lateral y, justamente, es mi favorita.
Os refresco un post anterior sobre esta metodología creativa capaz de dar a luz propuestas de mercado realmente disruptivas (clic aquí para leer).
Su funcionamiento es muy sencillo, ya que únicamente basta con poner dentro del enfriador unos cubitos de hielo y un vaso de agua.
Después se coloca la botella, lata o botellín dentro del enfriador, se cierra la tapa y se selecciona el modo de frío en su panel de control.
Cooper Cooler, enfriador de botellas exageradamente rápido
Una vez realizados estos simples pasos, la bebida empieza a girar mientras se humedece con un chorro de agua helada, lo que hace que el proceso sea muy eficaz.
El aparato se para de forma automática cuando la bebida está fría. Incluso se pueden enfriar bebidas con gas.
Por tanto, otro aspecto destacable del producto es su enfoque de urgencia. Dado que lo necesitamos ya, la respuesta es inmediata.
Os refresco otro post anterior sobre el concepto urgencia y su papel en la estrategia de marketing (clic aquí para leer).
En cuanto a tiempos concretos de enfriamiento, las latas se enfrían en 1 minuto, los botellines en 3 minutos y medio, y las botellas de vino en 6 minutos (tiempos aproximados).
Photo credit: CC
