Creatividad sin límite: Dead Drops

Hoy estaba curioseando por la red social y he descubierto un artículo compartido por Begoña Julià que me ha encantado y automáticamente ha disparado mi chip creativo. De inmediato me he puesto a escribir este post, Creatividad sin límite: Dead Drops.

He alucinado cuando he visto la simplicidad de la idea pero el potencial que tiene. Está totalmente alineado con una de las estrategias más seductoras bajo mi punto de vista: menos es más. Los Dead Drops son una especie de actualización de los antiguos mensajes en una botella, conceptualizados para nuestra época digital.

Son memorias USB que están literalmente emparedadas en edificios por todo el mundo y que dejan ver la entrada para que cualquier persona con cualquier lector de dispositivos USB puede conectar y descubrir qué es lo que realmente hay dentro.

Me encantan las variables marketeras que se dan cita en el ejemplo:

  • misterio: ¿qué hace un usb emparedado en un muro y por qué deja su entrada a la vista para provocarnos?
  • curiosidad: como siempre digo, los seres humanos somos curiosos por naturaleza, queremos saber!
  • miedo: incluso, pues ¿qué extrañezas tendrá contenidas el usb, si es que tiene algo?
  • creatividad: es un elemento sacado fuera de contexto que nos da motivos para la acción
  • viralidad: también da motivos para que hablemos de ello, son cosas inéditas para muchos

Podría seguir diciendo y diciendo motivos. Este proyecto creado por el artista alemán Aram Bartholl busca una provocación anónima de libre intercambio de archivos en espacios públicos.

Estos dispositivos Dead Drops se colocan prácticamente sin contenido

Solo contienen un archivo «léeme.txt» en el que se detalla en qué consiste la acción. Es importante destacar que la idea inicial es colocar los USB en el exterior, pero a partir de aquí somos nosotros quienes a partir de esta provocadora idea podemos plantear variantes, ¿no os parece?

Pura tentación ver un USB en la calle y no querer saber que hay dentro o no querer dejar nada nosotros ahí. Pura inquietud, si lo planteamos desde el punto de vista emocional.

Dicen en su web que actualmente hay unos 1.400 USB por todo el mundo esperando entre muros, edificios, puentes o farolas. ¿Para cuando el nuestro?

Video credit: Aram Bartholl

2 comentarios

  1. Me encanta el arte conceptual y más si puedo interactual con él haciéndome pensar. Si tuviera ahora mismo uno en la pared de mi salón que roza con mi sofá, sin lugar a dudas conecto cualquier dispositivo…Mañana por la mañana, si me lo encuentro en el super, entre los detergentes…también me conecto!! Soy demasiado curiosa.

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