14. El número de una estrella como Johan Cruyff. 14. El número del nuevo Guest Blogger. Tengo el privilegio de tener como invitado a mi bro Javier Rico, con un post fantástico. Me llena de alegría tenerle aquí, conociéndole desde que apenas levantaba unos centímetros del suelo, veo ahora a alguien con un futuro brillante y con todo por descubrir. Su artículo, Creatividad: un riesgo hacia el éxito.
Javier es un gran amante del deporte, es entrenador personal y preparador físico. Os invito a visitar su nueva web y descubrir todos los servicios que ofrece, con una propuesta de valor realmente interesante. Gracias por estar aquí con esta maravilla de post amigo!
Creatividad: un riesgo hacia el éxito
Si algo caracteriza a la creatividad es su carácter multifacético, y como bien nos muestra Fran, su influencia se deja ver en la mayoría de los ámbitos de la actividad humana, en mayor o menor medida. Es pues fácil de asumir su presencia en el deporte, donde el resultado final viene directamente ligado a la acción motriz humana y todo su proceso de percepción, decisión y ejecución.
Pero lo que vengo a destacar, no es la creatividad entendida como una generación de conceptos sin más, si no en su sentido más imaginativo. Una imaginación constructiva de vida.
En mi labor profesional de salud y deporte, encuentro personas que han decidido cambiar su vida, sus hábitos, su cuerpo… escapando de la apatía y del conformismo. Para mi, éstas, son personas creativas. Personas que han adoptado la definición más literal de la palabra y han decidido crear-se de nuevo o crear una nueva versión de sí mismos, reinventar-se y jugar hasta la última de sus cartas. ¿Eso no es creatividad?
En estos casos, su propia creatividad juega un papel de motivación clave que les ayuda a que sigan dando “pasos adelante” y continúen con el reto de “construir” su propia nueva vida.
La historia que siempre cuento y que más me motiva, es una historia real y tiene nombre y apellidos: Richard Douglas Fosbury. Dick Fosbury (como era conocido) fue un atleta estadounidense de salto de altura que revolucionó esta disciplina deportiva como ningún otro deportista en ningún otro deporte.
La disciplina de salto de altura se había popularizado, gracias a los Juegos Olímpicos, donde un atleta intentaba batir a sus rivales saltando más alto que ellos por encima de un listón. Valía cualquier forma de saltar, pero se fue asentando un gesto por encima de todos, hacia delante pasando las piernas por un lateral. Los resultados demostraban su eficacia, y todos los atletas luchaban por depurar ese gesto y apurar unos centímetros de altura. Así fue durante años y años, décadas, hasta los Juegos Olímpicos de México de 1968.
Fosbury irrumpió en aquella competición con una idea muy clara, quien no arriesga no gana
Y así fue, realizó un salto que nunca nadie había imaginado: saltó de espaldas. Arriesgó. Ganó. 2,24 metros. Medalla de Oro, nuevo récord del mundo y el inicio de una nueva era en la disciplina con la implantación de una nueva técnica de salto, la posteriormente llamada “salto Fosbury”.
La creatividad en su estado más puro, llevada al máximo nivel, en toda una competición de Juegos Olímpicos ante miles de personas y periodistas que podrían haber presenciado un auténtico fracaso.
Esta es, en mi opinión, la ilustración perfecta de cómo la creatividad lanza marcas, vende productos, impacta con el usuario, pero también, puede construir nuevas vidas.
Si. Implica un riesgo, una salida de lo convencional, de lo establecido, de lo confortable; pero puede llevarte al más grande de tus objetivos, al más grande de tus éxitos.
Y tú, ¿cómo saltas?. Se creativo con tu vida y con tu cuerpo, el éxito te está esperando.
Photo credit: cntuke
