Nunca nadie va a trabar por tu marca personal, a excepción de ti. Bajo esta premisa, arranco este post en el que quiero hablaros sobre Cultura del esfuerzo y autocompromiso para la marca personal.
La cultura del esfuerzo nos alienta en la determinación de nuestra voluntad y perseverancia. En este sentido, el autocompromiso, fortalece nuestra tenacidad. Todo ello, nos enseña a ser resilientes, a asumir responsabilidades y a afrontar las adversidades con optimismo y realidad.
La marca personal es nuestro principal activo como profesionales
Somos responsabilidad de nosotros mismos. Qué difícil es alcanzar compromisos con uno mismo, pues somos los gestores de nuestras acciones y solemos ser muy permisivos. Pero en un entorno profesional tan competitivo como el actual, tener el chip activado del esfuerzo y el autocompromiso es clave.
La estrategia de marca personal es infinita
Esta estrategia requiere esfuerzo y dedicación, debe de mantener bajo un trabajo constante. Esto permitirá dotar a la marca de una identidad que permita la diferenciación. Es un motor que no debe pararse, nunca.
Otro aspecto clave es la coherencia estratégica. En un mundo en el que todos vendemos algo, ¿cómo no tener una marca personal que se venda por sí sola? Ese intangible es del altísimo valor. En mi caso, como consultor de marketing y branding, si desarrollo y cuido marcas para mis clientes, ¿cómo o voy a construir y cuidar la mía?
Os animo a trabajar por vosotros, por vuestro presente y futuro, poniendo en valor vuestro pasado. PAra ello, os comparto algunas herramientas geniales que os pueden ayudar al desarrollo de vuestra marca personal:
Ikigai, un concepto para la propuesta de valor de tu marca personal
Kaizen, un concepto para la propuesta de valor de tu marca personal
Foto de Anna Tarazevich en Pexels