Como sabes, me encantan las curiosidades, ser curioso forma parte de mi forma de ser y creo que el ser humano es si es profundamente curioso. Este es el motivo para que os hable de una de estas curiosidades: Test de Stroop.
Se denomina efecto de Stroop a un tipo de interferencia semántica en el tiempo de reacción de una tarea.
Ocurre cuando el nombre de algún color en forma de palabra como rojo, verde o azul aparece escrito con otro color diferente al que se cita en dicha palabra (significado semántico). Entonces, en nuestro cerebro se genera un retraso a la hora de procesar la información del color de la palabra.
Este hecho incrementa el tiempo de reacción y favorece puedan surgir fallos de interpretación. Este efecto fue descubierto por John Ridley Stroop.
En un experimento, Stroop practicaba con numerosas variaciones en las que se sucedían las lecturas de los nombres de los colores
Después se procedía igualmente a la lectura con los nombres y colores rompiendo su asociación.
Stroop pudo comprobar que el tiempo que los participantes precisaban para completar las pruebas con nombres y colores cambiados se incrementaba notablemente y comenzaban a darse interesantes interferencias (dicho así, de forma casera para que nos entendamos).
Parece ser que el origen de la interferencia se enclava en la automatización que realizamos de la lectura. Ésta provoca que nuestro cerebro de forma automática determine el significado semántico de la palabra. Al mismo tiempo, se tiene que ignorar la identificación del color de dicha palabra, cuyo proceso no es automatizado.
Fíjate que interesante propuesta para que podamos pensar si tiene sentido generar algún tipo de comunicación de cara a nuestra marca y enfocada en nuestro público. Que interesante prueba para generarles un estímulo, provocarles una emoción y originarles un recuerdo, divertido, sobre aquello que nuestra marca es capaz de hacer. Dale una vuelta!!
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2 comentarios
Buenos días Francisco, relacionado con este tema, me gustaría comentarte sobre el efecto contrario…La Coherencia.
Está mucho mejor desarrollado en el interesantísimo libro de Kahneman «Pensar rápido, pensar despacio». Básicamente nos dice que nuestra mente «ama» la coherencia, por las facilidades cognitivas que produce, con el consiguiente ahorro de energía.
Personalmente, he sido testigo con una marca: «Shark» (es una bebida energética, verdad?). Lo cierto es que un día mientras conducía vi en la parte trasera de un coche un logo en el que aparecía la marca en letras pero con la forma de un tiburón…nada más coherente, no crees?
Qué bueno Marcos, muchas gracias por la aportación. El logo de Shark es horrible a mi juicio, en este caso la coherencia marca las pautas. Seguramente ellos hayan analizado bien a su público y tendrán un por qué para ese diseño de marca. Buen ejemplo, amigo!