Continuando con la temática del post anterior, vamos a desarrollar en qué consisten los 5 bloques del modelo del diamante estratégico de Hambrick & Fredrickson (2). Aplicar de forma correcta este modelo de planteamiento de estrategia hace necesario conocer cada uno de sus bloques y en qué pueden resultar útiles para la empresa.
Arenas
En esta etapa de la definición de la estrategia se establecen las bases necesarias hacia las que se enfocará el negocio. Esto facilita la toma de decisiones en términos de competencia. Ahora es el momento de decidir en qué mercados tener presencia, a través de qué canales y qué categorías de productos o servicios se van a ofrecer.
Diferenciadores
Este bloque está diseñado para que la empresa pueda tener claro cómo tener éxito en el ámbito elegido. Es decir, las decisiones necesarias para diferenciarse de la competencia potencial y lograr aportar un valor diferencial a los consumidores.
Aquí debemos tener en cuenta aspectos como los precios de los productos y la fiabilidad del servicio. Es importante analizar la mejor manera de sacar partido a estos elementos, ya que de su correcta administración depende el poder lograr ventaja en el mercado.
Vehículos
Una vez tenemos claro y definido el mejor modo de actuación del negocio y los factores que ayudan a destacar en él, es esencial tener en cuenta cómo llegar a él. Por ello, es el momento adecuado de valorar qué vehículos son más factibles de usar. En este momento es necesario valorar cómo el negocio se puede desarrollar hasta alcanzar a la meta.
De la decisión del tamaño de vehículo que se considera adecuado adquirir depende en gran medida el éxito de la estrategia final. Esto implicará la garantía de que el producto o servicio llega realmente a su mercado potencial.
Staging and Pacing
Este bloque está diseñado para que los responsables de la estrategia de negocio estimen la necesidad de dar un cambio de rumbo en un momento concreto. Un cambio de estrategia de negocio siempre debe darse de forma racional. Además, deben planificarse los movimientos estratégicos necesarios para ejecutar con velocidad. Esto implica tener la capacidad de valorar todas las oportunidades de negocio posibles en su justa medida para reaccionar adecuadamente en el momento clave.
Lógica económica
Tener clara la rentabilidad económica que puede producir una determinada estrategia es esencial para tomar la decisión final de adoptarla o no. Este quinto elemento es necesario para tener en cuenta si todas las piezas que configuran la estrategia de negocio satisfacen las pretensiones económicas.
Por ello, se debe tener en cuenta si se maximizan los beneficios y qué rendimientos pueden ofrecer todos los elementos que forman la estrategia de negocio. Esto será tanto a corto como largo plazo.
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