El efecto Benjamin Franklin en la estrategia de marketing

Hoy celebro mi post 1.500 consecutivo diario dedicándolo a hablaros sobre el efecto Benjamin Franklin en la estrategia de marketing.

Benjamin Franklin fue un político, polímata, científico e inventor estadounidense (entre otras cosas del pararrayos), todo un mito, ya que se le considera como uno de los Padres Fundadores de los Estados Unidos.

Contaba con gran opositor en la Asamblea Legislativa, que no cesaba de mostrar barreras a su programa político en todos los frentes, tanto públicos como privados.

Benjamin Franklin buscó la manera de solucionar este problema, de una forma realmente curiosa e inesperada: ganándose la confianza de su adversario.

Sin duda, era un planteamiento arriesgado e improbable a priori. Para conseguirlo, Benjamin Franklin le pidió un favor.

Sabiendo que su adversario era alguien con gran nivel cultural, decidió solicitarle un ejemplar tremendamente raro de su biblioteca privada.

En realidad, Franklin no tenía ningún interés por dicha obra. Se trataba simplemente de una estrategia.

El efecto Benjamin Franklin en la estrategia de marketing
El efecto Benjamin Franklin en la estrategia de marketing

El adversario se sintió altamente halagado por este motivo, por lo que correspondió rápidamente a Franklin sin saber que en ese momento éste ya le había ganado la confianza.

Dicha estrategia estaba motivada por el interés en evitar que se produjera lo que conocemos como disonancia cognitiva, concepto del que ya hablamos anteriormente en el blog y que te recomiendo revisar clicando aquí.

Básicamente, sería estado de tensión o el estado no armónico interno del sistema de ideas, creencias y emociones que percibimos al mantener al mismo tiempo dos pensamientos que entran en conflicto.

Es decir, lo que consiguió Benjamin Franklin fue provocar una contradicción en su adversario.

La percepción de una contradicción de este formato suele generar un estado de malestar, por lo que en este caso el adversario reajustó su manera de pensar.

Probablemente, el valor de la acción de prestarle el singular libro tenía una mayor aceptación social y personal que la de ser enemigos políticos.

De esta forma, para justificar su amabilidad con el debió cambiar la visión que tenía de Franklin, lo que además a largo plazo dio paso al comienzo de una amistad que finalmente duró para toda la vida.

Curiosamente, nuestro cerebro trata de justificar nuestras acciones intentando no dañar la imagen que tenemos de nosotros mismos.

Este planteamiento puede ser muy valioso en la estrategia de marketing de tu marca para lograr el beneplácito de tus consumidores objetivo que se resisten, e incluso de tus competidores más duros. Piénsalo.

Photo credit: TDB

3 comentarios

  1. Me gusta muchísimo este concepto, incluso me atrevo a poner un ejemplo que me marcó de Burger King y McDonalds, dejando de vender el Whoper porque McDonalds donaba sus beneficios a una buena causa, y queda claro que la intención de la campaña de Burger King nada tiene que ver con ayudar a su competidor ni por la causa, sino para influenciar positivamente al público. Aquí la campaña: https://www.merca20.com/burger-king-da-tregua-mcdonalds-y-deja-sus-clientes-sin-whopper-por-un-dia/

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