Hoy quería traeros uno de esos conceptos que llaman la atención y que es súper curioso. ¿Vamos a por él? Os presento el Efecto Nova, la tragedia de la buena suerte. Un término relacionado con la psicología, acuñado por Richard Wiseman y Daniel Gilbert. Se utiliza para describir el incremento de la inquietud y la disminución de la felicidad en la vida de una persona tras haber experimentado una etapa de buena suerte.
Para llevar el concepto a la más pura realidad práctica, busquemos un ejemplo evidente. Imaginar que estás preparando tus vacaciones. La planificación la haces con la máxima ilusión, teniendo en cuenta todos los detalles, desarrollando una expectativa ilusionante. Vas al viaje, descubres un lugar espectacular, sientes que has acertado y lo pasas en grande. Pero como en todo, llega ese final que te devuelve a la «normalidad». Debes adaptarte, de nuevo, a la vida mundana.
Esto es exactamente el Efecto Nova. Una caída repentina del bienestar que se produce porque nos acostumbramos al alto nivel que nos aportan las experiencias positivas. Después, cuando tocan a su fin, nos resulta complicado adaptarnos. Esto ocurre también con cualquier otra situación en la que te va muy bien y, de repente, todo cambia. En otras palabras, los individuos se convierten en víctimas de la tragedia de la buena suerte.

Efecto Nova, la tragedia de la buena suerte
Todo es muy curioso, porque aquellas personas que estén muy acostumbradas a una buena suerte duradera, serán menos tolerantes a los cambios. Tendrán una gran expectativa en la vida por lo que nada podrá satisfacerlos.
La tragedia de la buena suerte ocurre cuando los individuos no pueden adaptarse a los cambios en sus circunstancias. Puede pasar que, por ejemplo, ganes un gran premio de la lotería, pases por un estado de euforia y sientas que tu vida se ha transformado a mejor. Esta ilusión monetaria se puede dar por establecida mentalmente en el tiempo y, si la suerte cambia por algún revés, reinterpretar el regreso a la situación anterior (o incluso peor) es tremendamente doloroso.
Un buen antídoto para paliar el efecto Nova es practicar una mentalidad estoica, un modelo mental que actúa como muro de contención. El estoicismo es una corriente filosófica aparecida en la antigua Grecia y con gran apogeo en la época romana. Los estoicos creían en vivir de acuerdo con la razón y la virtud. Aceptaban los devenires de la vida con serenidad y tranquilidad, sin dejarse llevar por emociones negativas.
En la filosofía estoica, la felicidad se logra con autodisciplina y sabiduría, y no a través del placer o la riqueza material. Los estoicos destacan la importancia de la virtud, en cuanto a sabiduría, justicia, valentía y moderación. También consideraban que existía interconexión de todas las cosas y destacaban la importancia de vivir de acuerdo con la naturaleza.
Los estoicos también enfatizaban la importancia de la resignación y la aceptación de las cosas que no podemos controlar, y en enfocarse en lo que sí podemos controlar, como nuestras propias acciones y pensamientos.
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