Hoy quiero hablaros de lo que para mí son unos ejemplos de slogans perfectos: Carlsberg Beer. Mundialmente conocida, esta cerveza danesa fundada en 1847 poseía hasta 2011 este espectacular slogan: Probablemente, la mejor cerveza del mundo.
El slogan estuvo en vigor la fiolera de 38 años y aunque no esté en vigor, todavía perdura en el recuerdo de casi todo el mundo. ¿Por qué? Los motivos son varios:
- Hablar de la mejor cerveza del mundo te proyecta hacia una calidad percibida brutal
- Su palabra de inicio, probablemente, actúa de perfecto escudo al matizar la posible prepotencia de autoasignar a la marca el valor de mejor cerveza del mundo, dejando una puerta abierta pensando en quienes no puedan pensar lo mismo
- Este adverbio, probablemente, muestra respeto por quienes no piensan que Carslberg es la mejor cerveza del mundo
- Aunque parezca una obviedad, incorpora la palabra clave referida al producto: cerveza
- Favorece que al consumidor le apetezca citarlo, sobre todo si se está tomando una o tiene ganas de hacerlo
- Permite aplicar el slogan a extensiones de la marca, si es que esta se lo hubiera planteado, como por ejemplo con la linea cosmética para hombres lanzada en 2015 y llamada Beer Beauty Line
Está claro que, como todo en esta vida, puede tener su parte negativa
Y es que el concepto «probablemente» puede generar la impresión de que la marca no está segura o que no defiende con ímpetu su propuesta de valor. Ya sabes, ver el vaso medio lleno o medio vacío. Yo me quedo con la parte positiva, por supuesto.
Este slogan fue sustituido en 2011, como hemos citado anteriormente, por este otro: Esto se merece una Carlsberg. Más corto, posiblemente incluso no tan potente como el anterior, pero me encanta que busque buenos momentos y buenas noticias para aplicar su uso.
Genera buen rollo, es fácil de usar incluso sin estar presente en ese momento el producto y es extensible a múltiples usos como frase de recursos.
Dos grandísimos ejemplos de una marca que marca como Carlsberg.
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