El consumo libre de culpa en la estrategia de marketing

Hoy vamos a tratar un concepto sumamente interesante: el consumo libre de culpa en la estrategia de marketing. Este comportamiento está basado en una creciente necesidad en el consumidor, que cada vez más proyecta una sensación de conciencia limpia y tranquila respecto a los productos y servicios que consume y las marcas que los ofrecen.

Tenemos disponible una oferta de productos o servicios brutal, tanto en la distribución offline como online. De todo ello, tenemos también opciones de decisión basadas en muchas variables como el precio, la conexión emocional con la marca, nuestros propios gustos… o el consumo libre de culpa.

Es aquí donde se produce nuestro debate interno como consumidores: productos o servicios que quiero consumir por cualquier otro motivo o productos y servicios que quiero consumir para no sentirnos culpables.

Culpabilidad que viene originada en el propio origen de cualquiera de esos productos o servicios: explotación infantil, contaminación medioambiental, escasa relación con la sostenibilidad, mensajes comunicativos contraproducentes, discriminación sexual o todo aquello que podamos poner en entredicho desde nuestro punto de vista ético.

El consumo libre de culpa en la estrategia de marketing
El consumo libre de culpa en la estrategia de marketing

Esta claro que para que esto ocurra se presupone cierta madurez en el consumidor, en cuanto a cierta capacidad de razonamiento en este sentido.

El consumo libre de culpa es una tendencia creciente

Aunque esto puede ser tan volátil como una acción de la bolsa con tendencia creciente y que un día comienza a caer, pues ya sabes que el consumidor es tremendamente cambiante y su comportamiento, en muchas ocasiones, es impredecible.

Puede que el creciente sentimiento de culpa del consumidor esté originado por estar sometidos a tanta información: el consumidor de hoy está muy mediatizado, constantemente, a través de multitud de canales.

Dado este planteamiento, si somos una marca y queremos tener en cuenta esto, estaría bien plantearnos estratégicamente el cómo ser más transparentes en todo lo concerniente a nuestros productos o servicios: su origen, sus componentes, su fabricación o elaboración, la filosofía de la comunicación, etc.

Y digo estratégicamente porque esto no debe ser flor de un día, sino un camino de largo plazo, verdadero y comprometido, pues de lo contrario el consumidor nos pondrá la etiqueta negativa de inmediato y lo comunicará como tal de forma rápida.

Otra vertiente de esto sería el ejemplo de la imagen: qué aportas consumiendo un producto o servicio (en este caso si compras unos zapatos, contribuyes a plantar un árbol). No debería ser un compromiso tan simple, debe haber mucho más, de lo contrario el consumidor no se lo creerá.

En definitiva y para hacerlo fácil, el concepto estaría fundamentado en otorgar algún argumento moral que haga que el consumidor pueda sentirse bien gracias a ese beneficio, bien sea social, medioambiental o de otro tipo.

Los consumidores que siguen la tendencia de consumo libre de culpa son tan fans de las marcas que cumplen con sus expectativas como detractores sobre aquellas marcas que no las cumplen. Como siempre, te invito a reflexionar sobre ello.

Photo credit: Origin Design

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