El efecto Pigmalión y su papel en la estrategia de marketing

Hoy os traigo un curioso concepto para la sección de conducta del consumidor: El efecto Pigmalión y su papel en la estrategia de marketing.

En los ámbitos de la psicología y la pedagogía, el efecto Pigmalión es un hecho que apunta a la influencia que la creencia que tiene una persona acerca de otra ejerce en el rendimiento de esta última.

Es muy interesante, porque es una de esas cosas que te hacen pensar y mucho.

Este efecto debe su nombre al mito griego de Pigmalión. Cuenta la leyenda que este escultor se enamoró de una estatua que el mismo había tallado (Galatea) y que acabó cobrando vida.

Podemos describir el efecto Pigmalión de una manera más cercana.

Sería aquel suceso por el que un individuo consigue lo que se proponía previamente a causa de la creencia de que puede conseguirlo.

El efecto Pigmalión y su papel en la estrategia de marketing
El efecto Pigmalión y su papel en la estrategia de marketing

El efecto Pigmalión posee dos vertientes bien diferentes

Por una parte, la vertiente positiva, que sucede cuando se produce un efecto positivo en el individuo, de manera que se afianza el aspecto sobre el que se produce el efecto, generando un incremento de su autoestima y del aspecto en concreto.

Por otra parte, la vertiente negativa, que ocurre cuando la autoestima del individuo disminuye y el aspecto sobre el que se actúa también disminuye o incluso desaparece.

En cuanto a su aplicación al marketing, el efecto Pigmalión puede tenerse en cuenta a la hora de que una empresa vaya a acometer un cambio de importancia dentro de su propuesta de valor.

Este hecho requiere de un gran esfuerzo a la hora de comunicar externamente el nuevo objetivo, para dar a entender al mercado que la empresa está perfectamente capacitada para ello.

El objetivo es cambiar la percepción de la imagen de marca que tienen los clientes actuales y potenciales para incrementar los niveles de credibilidad y acercarse al posicionamiento deseado.

La credibilidad da lugar a unas buenas expectativas, que deben de influir de forma notable en el cliente interno, generando una mayor motivación, una mejor productividad y un ambiente de trabajo adecuado.

Photo credit: Pinterest

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