Sobre todo en el mundo de las pymes, no tengo ninguna duda acerca de esta afirmación que he experimentado muchas veces. Y es que el mejor marketing es un buen contacto.
A veces, nos preocupamos por crear la estrategia perfecta, dentro del plan perfecto, pasamos a la acción para ofrecer lo que mejor tenemos y como mejor sabemos una propuesta de producto o servicio para una empresa, pero… no conseguimos el objetivo.
Otras veces, haciendo bien poco o casi nada, logramos ese objetivo del que estamos hablando. ¿La diferencia? Posiblemente un buen contacto.
Un contacto te abre las puertas, es el mejor prescriptor que puedas encontrar para lo que tienes que proponer y es probablemente quien más crea en ti. No quiero que confundamos un buen contacto con un contacto que te favorece un enchufe por que si.
Un buen contacto es aquel que sabe de lo que tu o tu empresa es capaz de hacer por la suya
Alguien que cree firmemente en ello y al que no le temblará el pulso para recomendarte a la gerencia de su empresa.
Y, ahora probablemente te preguntarás, ¿cómo hago para conseguir a ese buen contacto? Hay muchas maneras de hacerlo, pero primero creo fundamental que trabajemos nuestros niveles de empatía con los demás.
El número de contactos de calidad que vamos generando es vital. Crear contactos y mantener dichos contactos va generando una espiral de probabilidades muy alta, que incluso es capaz de generar grandes oportunidades entre ellos mismos y referenciados hacia ti.
Al fin y al cabo esto es marketing y como te decía en el título del post, el mejor marketing. Este sistema potenciará tu marca personal y por extensión la de tu empresa y dará mucho valor a tu calidad percibida como profesional, minimizando los esfuerzos comerciales que tanto nos cuestan siempre de plantear y de llevar a cabo.
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