Continuando con el post anterior, os traigo tres nuevos ejemplos de propuestas de mercado donde el oro es protagonista en la diferenciación de producto (2).
El primero de ellos es el sandwich más caro del mundo se denomina Quintessential Grilled Cheese y es el cuarto ejemplo que os traigo donde el oro es protagonista.
Se elabora en Serendipity 3, New York (clic aquí para visitar su web), Su precio, 214 dólares.
Se trata de un sandwich de queso con aceite de Don Perignon, trufa y oro, que se aplica sobre el pan para lograr un perfecto acabado crujiente.
Hay que encargarlo con 48 horas de antelación y no penséis que faltan encargos en este lugar especial de la ciudad de los rascacielos.
Este lugar ya ha creado otros productos locos como el postre más caro del mundo denominado Frrozen Haute Chocolate valorado en unos 25.000 dólares.
Otro ejemplo es este vino de la Bodega Francisco Gómez, afincada en Villena (Alicante), donde la exhuberancia y el lujo se dan la mano para convertir al producto en una pequeña y elegante joya para momentos exclusivos.
Se trata de un Sauvignon Blanc elaborado de forma artesanal y engalanado con destellos de glamour de oro comestible.
Las partículas de oro dan al producto una preciosa apariencia externa al flotar en el líquido, al estilo de otro producto vinícola que ya vimos en un post anterior, Aviva Vino (clic aquí para leer el post).
Por último, un aceite de oliva virgen extra que procede de Croacia denominado Golden Olive Oil, del que hablamos hace un par de días también en el blog (clic aquí para leer el post).
Al igual que en el caso del vino anterior, Golden Olive Oil incorpora partículas de oro comestible de 24 quilates que le dan un aspecto majestuoso al producto y realzan su aspecto cualitativo a través de su percepción visual.
Photo credit: Pinterest
