Capítulo 13 de un libro maravilloso. Corto, intenso, provocador. Así es cada uno de estos capítulos. Hablemos sobre El Principito y su magia aplicada al marketing (14).
Los hombres de negocios siempre están muy ocupados. Cierto. Y parece que hoy más que nunca. En las empresas nos obsesionamos con acaparar diferentes cosas: más cuota de mercado, más clientes, más beneficios, más materias primas, más conocimiento de marca, más de todo!
En esta ocasión El Principito lanza una batería de preguntas inmensa al hombre de negocios con el que se encuentra en uno de los planetas que visita. El hombre, ensimismado en su tarea, apenas le presta atención y sigue focalizado en lo suyo: la cantidad.
He aquí uno de los binomios más importantes en el ámbito del marketing: cantidad versus calidad. Está claro que los términos cuantitativos están ahí, son importantes y aspiramos a ellos. Pero seguramente nuestra diferenciación como marca no la logremos mediante la cantidad.
Los términos cualitativos en marketing son más interesantes, bajo mi punto de vista
Fíjate en esta aparente contradicción: «el restaurante más pequeño del mundo». Aquí la cantidad de comensales se exagera hacia lo mínimo y sin embargo es el aspecto cualitativo el que aporta la diferenciación.
En este caso, la escasez en la oferta y la urgencia por conseguirla marcan emocionalmente la diferencia. Te refresco este post anterior que ilustra perfectamente este ejemplo, Productos singulares: Solo per Due.
Se puede trabajar la parte cuantitativa, las cifras son importantes, pero lo verdaderamente importante es saber qué hacer con ellas, qué nos aportan, por qué buscar grandes cantidades en lugar de mantener enfoques más concretos.
Muchas veces podemos perder nuestro foco si no segmentamos adecuadamente y nos orientamos allí donde podemos comprender mejor qué necesita o qué desea un público concreto al que nos interesa conquistar. Si hacemos bien esto, la cantidad llegará por sí sola.
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