Capítulo 17 de un libro maravilloso. Corto, intenso, provocador. Así es cada uno de estos capítulos. Hablemos sobre El Principito y su magia aplicada al marketing (18).
Una serpiente y el desierto. No subestimes nunca a quien tienes a tu lado, enfrente o a quien casualmente te encuentras. A mi me gusta partir siempre de una creencia: cualquier persona con la que me encuentro en el camino es mucho mejor que yo. Eso me motiva. Me mantiene alerta.
Cualquier competidor de tu marca, sea del tamaño que sea, podrá ponerte en cualquier momento en aprietos. El mundo está lleno de serpientes. Pero, piensa además que no todas las serpientes son peligrosas, hay algunas que podrán ser tus aliadas.
Otra de esas frases maravillosas se deja ver en este capítulo: las estrellas están encendidas a fin de que cada uno pueda encontrar la suya algún día.
Esto me recuerda a varias cosas relacionadas con el marketing
Por ejemplo, en cuanto a la marca personal. Tu marca personal está ahí, esperándote (si es que todavía no la has descubierto) para coger esa luz de las estrellas. Mientras tanto, permanecerá oscura, pero permanecerá.
Piensa lo importante que es, si te dedicas o vas a dedicar al mundo del marketing, que la trabajes. De lo contrario, ¿cómo podemos pretender trabajar para otras marcas de empresa, de productos o de servicios si no trabajamos la nuestra propia?
Si una marca no marca, no es una marca. Cuántas veces he dicho y diré esta frase tan contundente. Si una estrella no brilla, no es una estrella, ¿no crees? Esto aplicado al mundo de las marcas es lo mismo.
Halto por ti. Hazlo por tu marca. Como siempre digo, la marca es el activo más importante que tenemos, tanto en la empresa como en el profesional.
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