El Principito y su magia aplicada al marketing (2)

Capítulo 1 de un libro maravilloso. Corto, intenso, provocador. Así es cada uno de estos capítulos. Hablemos sobre El Principito y su magia aplicada al marketing (2).

Una frase determinante: «Las serpientes boas tragan sus presas enteras, sin masticarlas. Luego no pueden moverse y duermen durante los seis meses de la digestión».

A partir de ella, un elemento maravilloso que solo los seres humanos poseemos, la imaginación. Ya he escrito otras veces sobre ella, como por ejemplos en este post: La belleza del concepto de imaginación.

Basándose en la frase anterior, el protagonista del libro traslada imaginativamente lo narrado a un dibujo, cuya interpretación es ambigua si está fuera de contexto.

El Principito y su magia aplicada al marketing (2)
El Principito y su magia aplicada al marketing (2)

Esto nos pasa mucho en las empresas

De forma interna creamos productos o servicios que plasmamos en formas y conceptos que pueden ser interpretados fuera de onda si no van acompañados de una explicación. Ahí reside el gran valor de un proceso de marketing bien pensado y ejecutado, que será el culpable de que todo esté en contexto y se comprenda.

Siguiendo con la historia original del libro, el protagonista se siente decepcionado porque su arte como dibujante no se ve alabado, ni siquiera entendido. Reprocha que los adultos carecemos de imaginación, cosa en la que estoy casi totalmente de acuerdo, cosa que me hace pensar en que debemos ayudar a las generaciones más jóvenes a desarrollar su talento, su habilidad y sus sueños.

Generacionalmente ellos, quizás, no van a sabernos transmitir con destreza el arte de su propia destreza para algunas cosas. Es ahí donde los adultos debemos poner nuestro entusiasmo y nuestro conocimiento para ayudar.

Los niños no deben hablar nuestro idioma, quizás somos nosotros quienes si debamos hablar el suyo. Recuerdo este post anterior titulado Pintar dentro o pintar fuera en el que hablaba sobre la capacidad creativa de los más pequeños y de la necesidad de que no coartemos sus inquietudes.

Saber interpretar las pistas por parte de los adultos es clave. En la empresa, quizás los niños sean los nuevos que llegan: nuestros hijos, nuestros becarios, nuestra gente de prácticas… todos ellos deben ser escuchados, pues puede que su genialidad aporte factores determinantes para provocar el cambio.

En este caso, la búsqueda del equilibrio se presenta como ineludible para convertir aquello que imaginemos en soluciones productivas.

Recuerda: que nunca nadie te desaliente, aunque vivamos en un mundo altamente desalentador.

Photo credit: hazcultura

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