Capítulo 22 de un libro maravilloso. Corto, intenso, provocador. Así es cada uno de estos capítulos. Hablemos sobre El Principito y su magia aplicada al marketing (23).
Nadie está contento nunca donde está. Solo los niños saben lo que buscan. Vaya potencia la de ambas frases. Contundencia total.
Los humanos nunca terminamos de apreciar aquello que tenemos. Nunca estamos contentos con nada, siempre queremos más. Y, no solo eso. Solo nos damos cuenta de lo que tenemos cuando lo perdemos.
En el mundo de las marcas sucede un poco lo mismo. Cuando como marca pierdes un buen cliente te das cuenta de ello. Pero puede que quizás antes de ello tu marca no sepa valorarlo.
La fidelidad es una utopía, estoy convencido de ello
Pero eso no significa que no intentemos ser la mejor opción para tu público. Por otra parte, ambas frases me recuerdan al comportamiento de los consumidores. Su versión imprevisible es origen de la primera: nadie está contento nunca donde está. Somos devoradores de novedades y cada vez más exigentes. Así que como marca, piensa bien qué vas a ofrecer, cómo lo vas a ofrecer y, sobre todo, para qué lo vas a ofrecer.
Dentro de este círculo vicioso entre consumidores y marcas, los unos quieren siempre mucho más, mientras que las otras intentan también proponer más. Ojo, quizás la clave esté en simplificar y ponérselo fácil al consumidor.
Solo los niños saben lo que buscan. Y es que ellos ponen en liza el intangible que posee mayor carga mágica: la imaginación. Los adultos nos vamos despojando de ella y eso también es un elemento que suma a este hambre voraz del consumidor por las novedades.
Quizás uno de los caminos más interesantes de las nuevas propuestas de las marcas sea abrir el camino al protagonismo de la imaginación.
Photo credit: onedio