Capítulo 26 de un libro maravilloso. Corto, intenso, provocador. Así es cada uno de estos capítulos. Hablemos sobre El Principito y su magia aplicada al marketing (27).
El capítulo más largo del libro es el preámbulo al final del mismo. Un párrafo me hace pensar en otro concepto encantador.
Serás siempre mi amigo. Tendrás deseos de reír conmigo. Y abrirás a veces tu ventana, así… por placer… Y tus amigos se asombrarán al verte reír mirando el cielo. Entonces les dirás: «Si, las estrellas siempre me hacen reír«, y ellos te creerán loco.
Reír. La risa. Sonreír. Un elemento gratuito de enorme poder. La sonrisa en marketing es otro elemento trascendental. Si sonreímos, conseguimos a través de nuestras neuronas espejo que la probabilidad de empatizar con alguien se dispare. Reír y sonreír es contagioso. Viral. ¿Te suena?
Cuando tu marca sonríe, como ocurre en el logotipo de Amazon, ocurren cosas
Si comunicas con tu sonrisa con tu producto pasan cosas, como ocurre con la galleta Oreo y su excelente recurso gracias a sus tres capas. Cuando creas experiencias como la marca de chicle Beldent, con su experimento Casi Idénticos suceden cosas (te recomiendo ver el post que dediqué a ese caso a través de este link).
Si un bebé recién nacido al poco sonríe será por algo. La naturaleza del ser humano es así de caprichosa y nos envía señales para nuestra vida, que de paso podemos intentar saber aprovechar para enfoques marketinianos.
La sonrisa es un arma letal de la comunicación no verbal, esa que tan importante resulta en cualquier ámbito y, como no, todavía más en el lenguaje de marketing.
Si algo he aprendido del marketing de servicios es que dada su intangibilidad, generar confianza es fundamental. Y pregunto, ¿hay algo mejor que la sonrisa para generar confianza?
Hablo de sonrisa, que conste, no de falsa sonrisa. La sonrisa verdadera se diferencia por abismo de la sonrisa fingida. No lo olvides, es importante.
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