Capítulo 27 de un libro maravilloso. Corto, intenso, provocador. Así es cada uno de estos capítulos. Hablemos sobre El Principito y su magia aplicada al marketing (28).
Último capítulo y un párrafo que resume todo: Es un gran misterio. Para vosotros, que también amáis al principito, como para mí, nada en el universo sigue siendo igual si en alguna parte, no se sabe dónde, un cordero que no conocemos ha comido, si o no, a una rosa…
El libro en sí es un misterio absoluto, de libre interpretación. Este factor, el misterio, es un elemento que permite un juego increíble dentro de un proceso de marketing. El misterio puede ser un núcleo interesantísimo si se trabaja bien rodeado de otras variables como la seducción, pequeñas sugerencias, pistas y frases bien resueltas a modo de mensaje provocador.
El misterio es detonante básico en aquellas campañas que denominamos virales
La no certeza de lo que percibimos acerca de algo y la incertidumbre que genera actúan como movilizador en masa.
Pero no es fácil trabajar con este concepto, ya que podemos quedarnos cortos en su utilización o exponernos demasiado. Básicamente, la clave como siempre es el equilibrio. Sobre todo, que el misterio tenga siempre un contexto que le asocie a la marca que lo provoca y que no se trate de algo aislado e incoherente a lo que la marca representa.
No debemos descuidar que el misterio genera expectativas, que luego tendremos que cumplir, es decir, estar al menos a la altura de lo esperado. Si además, conseguimos mantener en vilo la curiosidad del target y superar las expectativas el éxito estará asegurado.
Tampoco debemos olvidar que parte de ese target puede ser averso al misterio o a la incertidumbre, mientras que otra parte será amante de estos conceptos. Simplemente por probabilidad hay que tenerlo en cuenta.
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