Capítulo 4 de un libro maravilloso. Corto, intenso, provocador. Así es cada uno de estos capítulos. Hablemos sobre El Principito y su magia aplicada al marketing (5).
En este capítulo aparecen con fuerzas dos conceptos confrontados, complementarios a veces, antagónicos en otras: la eterna lucha entre la razón y la emoción.
Conforme crecemos, nos va importando quizás más lo racional y funcional que lo irracional y lo emocional. Todos nos volvemos como demasiado coherentes, en apariencia, pero en realidad en nuestro interior y casi sin saberlo quien manda es nuestro yo irracional y emocional.
No queremos reconocerlo, nos asusta, porque no lo entendemos y no podemos darle explicación
Lo descubro siempre en mis clases de neuromarketing, cuando explico a los alumnos conceptos basados en la irracionalidad y percibo que casi todos ellos sacan sus sistemas defensivos ante los ejemplos que muestro, dejando ver su lado más racional.
Es lógico, se lo estoy explicando y cuando pensamos demasiado matamos la magia. Pero lo que no solemos intuir es que en nuestros estados normales, en los que estamos de compras, consumiendo o de ocio, nuestro lado emocional con mucho sigilo se apodera de nosotros.
Una frase determinante llama la atención en el capítulo: las personas grandes aman las cifras. Es cierto. En las empresas ocurre: hay que poner siempre los pies en la tierra y aterrizar las ideas y la creatividad en cosas tangibles.
Es comprensible y respetable. Estoy de acuerdo. Pero también estoy de acuerdo en dejar volar la imaginación y la creatividad, darle la oportunidad que merecen ambas en el mundo de la empresa, gracias al marketing, y tras ello ver la mejor manera de llevarlo a cabo de forma real.
Hay quien no da siquiera esta oportunidad a la creatividad, que recordemos es la madre de la innovación. Las cifras, si solo vemos este enfoque, nos ciegan y no nos permiten ver más allá. Como siempre, la clave está en el equilibrio.
Photo credit: griselcarpio
2 comentarios
Creé que «The jail Sisters» les domina más la razón que la pasión aunque parezca imposible, tienen esa condición porque lo hacen desde la pasión más pura, donde no hay dimensión ni 2, ni 3 , ni 4…9. Ese es el equilibrio, lástima que sólo pasa cuando algo o alguien pulsa el click.
Aún no he conseguido que mis hijas vean lo que yo veo en «El principito» , ahora lo sé, así no pierdo la esperanza 😉
Me gusta este serial
Olvida la esperanza… cree firmemente que lo conseguirás. La esperanza solo hace que esperemos más de la cuenta, depende de nosotros conseguir o no las cosas. Gracias por tu comentario : )