El terrible coste de oportunidad de quejarte

Todo lo que voy a decir en palabras es demasiado bonito, aunque en la práctica siempre cuesta no quejarse. La queja es una conducta natural del ser humano y la usamos a menudo, aunque hoy quiero darle relevancia a un aspecto sobre esto: el terrible coste de oportunidad de quejarte.

Digo terrible porque sabes que me encanta la exageración para enfatizar la importancia de algo, nada más que eso. Digo coste de oportunidad porque es un concepto que me encantó cuando cursaba mis estudios de Economía. También llamado coste alternativo, el concepto coste de oportunidad está aplicado al coste de la inversión de los recursos que tenemos disponibles, a costa de la mejor inversión de esos mismos recursos en una alternativa disponible.

Para hacerlo más fácil, piensa en qué podrías haber hecho en lugar de lo que hiciste. Piensa en cuál fue la mejor opción no efectuada.

Centrémonos ahora en la queja. Cuando nos quejamos estamos dejando de lado otras alternativas disponibles y nos ofuscamos en un camino negativo, aun cuando no nos quede aparentemente otra opción.

Piensa, ¿qué podrías estar haciendo que fuera mejor que leerme?
Piensa, ¿qué podrías estar haciendo que fuera mejor que leerme?

Hay quejas y quejas, algunas con fundamento, otras livianas que no nos llevan a ningún lugar. Si eres alguien que se queja te pido que intentes únicamente pensar en ello. Te pido un trato: del 100% de tus quejas. Analiza cuáles de ellas podrías omitir cada día e intenta pensar en el coste de oportunidad de quejarte.

Piensa de qué otra manera positiva podrías transmitir tus emociones

¿Un ejemplo? Quejas sobre cosas que tu no puedes cambiar como el resultado de un partido de fútbol o un comportamiento concreto de alguien ajeno a ti y dentro de tu profesión. Piensa, ¿por qué invertir tu tiempo en quejarte sobre algo así cuando no vas a conseguir nada excepto prolongar sentimientos negativos? ¿No sería más adecuado para uno obviarlo y pensar cómo podemos mejorar? Es solo un ejemplo, pero de estos hay demasiados cada día.

Tu tiempo vale oro, cada segundo (exagerando nuevamente) podía haber sido invertido en otra cosa, ¿no es cierto?

Incluso yo, ahora que acabo de escribir este post, me pregunto si hubiera podido escribir sobre otra cosa o incluso no escribir. El coste de oportunidad está cada día y en cada momento susurrándome al oído si es así o no… y también, quieras o no, lo está detrás de ti.

El abanico de opciones es demasiado amplio y yo he decidido esto aquí y ahora. Espero que haya merecido la pena.

Photo credit: botonturbo

Comparte este artículo

LinkedIn
Twitter
Facebook
Email
WhatsApp