Duodécimo post de la serie de 12 dedicada al modelo de este autor británico, que titulamos Las seis emociones primarias de Dylan Evans: Celos.
Sobre este concepto ya hablamos en este post anterior que os recomiendo consultar y en el que comentamos algunas propuestas interesantes para pensar sobre este escenario tan curioso.
Recordando la definición de celos, se trata de aquella respuesta emocional que se origina en el momento en el que una persona detecta una amenaza hacia algo que considera como propio.
Sobre todo en el terreno amoroso, se denomina así a la sospecha o inquietud que siente una persona ante la posibilidad de que la persona a la que ama preste atención en favor de otra.
Por otra parte, también se conoce así al sentimiento de envidia hacia el éxito o posesión de otra persona, por lo que os refresco el post anterior en el que hablamos sobre ese estado emocional y que también os recomiendo consultar.
Los celos pueden estar presentes en cualquier momento y lugar, al igual que puede suceder con la envidia, aunque pensemos internamente cada uno de nosotros que eso no nos puede suceder nunca y que, por tanto, no somos celosos ni envidiosos.
Es obvio que hay personas a las que se les nota mas que a otras, pero eso no significa que no sintamos un estado emocional u otro, e incluso ambos.
Ambas emociones tienen un perfil negativo, pero en marketing podemos aprovechar ese perfil para darle otro tipo de enfoque que acabe siendo positivo para los intereses de la marca para la que trabajamos.
Para finalizar, hay que dejar clara la diferencia entre celos y envidia. Resumiendo, de forma sintetizada podríamos afirmas que los celos representan el temor de perder algo o a alguien, mientras que la envidia sería el anhelo de poseer algo que otra persona tiene.
Photo credit: ti
